martes, 10 de agosto de 2021

El abuelo

 Le pregunté a mi Sur dónde estaba mi norte y no me supo responder. Miles de ojos alimentados por mi miedo y sólo pensaba en morir. Ante el sol más radiante solo veía oscuridad en mi presente que apuñalaba sin piedad a mi futuro idílico. 

Pero un trozo de metal apareció entre unas manos desconocidas. Era pequeño y ligero. Brillaba como pocos y enseguida detecté un rostro tallado mil veces rezado, tantas veces exaltado, por todos admirado.  

Dejó de tener un significado religioso dejando paso a lo divino. La sangre manchaba parte de su cadena, pero me dio igual. Enseguida sentí su energía que impregnaba todo mi ser. Pronto aprendí a pensar con la mente del sensato, tocando su superficie tranquilamente, con la calma del que madura. La misma pregunta que siempre me abrazaba y que tanto utilizaba: "¿Qué haría él en mi situación?".


Sin ti me siento desnudo por mucha ropa que lleve. Contigo siempre estoy protegido porque es la pieza que más cerca llevo del corazón. Ese que cada día le pregunta a su noche si el orgullo vestirá su mirada. 



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