martes, 30 de marzo de 2021

Y Dios creó al hombre y a la mujer

 Un dios dormitaba en su fastuoso palacio rodeado de magestuosidad. Sin nada concreto en lo que centrar su atención, divagó durante horas y la desesperación alertó sus sentidos. Cansado de no tener nada que hacer, decidió crear un ser que lo divirtiese. 

Primero creó a la mujer. Perfecta obra de arte cincelada en belleza. Quiso darle amor incondicional, un universo de inteligencia, paciencia infinita y el don de crear vida de la nada. Tras los primeros meses, el dios caprichoso se dio cuenta de que la mujer se sentía sola y a veces triste.  Decidió crear otro ser.

Así que creó al hombre. Con un físico más grande pero más tosco. Con más fuerza pero más bruto. Con mucha energía pero sin un mundo interior en el que poder pasar las horas muertas. El dios juntó al hombre con la mujer, poniendo el mundo de ésta patas arriba. El dios se divertía mucho viendo las situaciones tan cómicas que se producían por lo diferentes que eran. 

Un día, sin previo aviso. Vio como el hombre y la mujer se abrazaban y besaban. El dios no podía entender a qué se debía esa actitud con el abismo de personalidad que había entre ellos. Así que los observó y vio que precisamente esas diferencias los unía muy intensamente. Ya que él le daba a ella el punto de locura en su cuidado universo, y ella le daba a él ese punto de orden en su dislocado universo. El dios, celoso como era, los separó para que sus atenciones se centrase en él. Pero pronto deshechó esa idea al ver lo tristes y apagados que estaban el uno sin el otro. 

Y así, sin darse cuenta, el dios creó el sentimiento más grande que jamás existirá, el amor. Gracias a Dios.



lunes, 29 de marzo de 2021

Soñando con barro

 Corre hacia el olvido que lo peor ya ha pasado. Lame tus heridas con aroma a victoria y empieza a calentar tu fría piel con el calor de la calma, con la fuerte sensación de superación. 

Deja a un lado el infortunio que la realidad solo es una y tu mente dibuja dolorosos mundos paralelos. Subiste un escalón antaño lejano; dudaste del perdón, de lo cruel y cotidiano. Regálate un segundo de satisfacción necesaria y aumenta la apuesta por tus sueños. Porque sin ti no hay nada. 

Escarbaste en un sentimiento de luz apagada. Tragaste ceniza de conocido sabor. Ahora que has tocado tu futuro los sueños te vuelven a trastornar. Cada día está más cerca el final. Cada día no debes volver a empezar. Quizás no sabias dónde empezaba el problema, pero sus raíces siguen entorpeciendo tu paso. 

Y ahora que ya sabes lo que no quieres puedes levantar la mirada y sonreír. No olvides las lágrimas derramadas, pues ellas cargaron con tu dolor. Agradece a tus fuerzas el sacrificio desinteresado, pues ellas te mantuvieron de pie aún cuando no podías. 

Mira al infinito, allí a lo lejos, te está esperando.



domingo, 28 de marzo de 2021

Adela y el universo

 Adela siempre quiso sonreír desde el pico más alto de la felicidad. Para ello, no midió los sacrificios ni las heridas. Solo se puso una meta y sabía que la cumpliría. 

El universo, poeta en las desgracias y austero en las victorias, fijó su atención en la pequeña Adela. Esa diminuta osada no iba a conseguir ser feliz sin su consentimiento. 

Miles de golpes recibió la pobre, y una sonrisa siempre amanecía en su rostro. Cientos de zancadillas con sabor a barro le mostraron el duro camino de la vida. Y cada día lo acababa con un baile de alegría por haber tenido la oportunidad de luchar. 

Cansado y desesperado, el universo ya no sabía qué más hacer para vencer a la pequeña Adela, siempre sonriente, siempre hacia delante. 

Ella, lo miró directamente a los ojos y dijo con voz firme y sincera: "Me han dolido tus golpes, me han abandonado las fuerzas. Pero ten por seguro que siempre me tendrás enfrente, tu peor enemiga, porque tengo una meta clara y no me vas a vencer". Adela cerró los ojos esperando el nuevo golpe del universo. Estaba preparada para el sufrimiento. 

El universo, sorprendido, entendió que era el momento de retirarse. De dejar su camino libre. Adela llegó más alto de lo que nunca había soñado. Y no dejó que nadie se lo impidiese.



Claro que duele

 Le suplico al silencio que no me hable de ti. La triste danza de recuerdos armoniosos que pintan un cuadro de desesperación donde una lucha fraticida entre el querer y el poder se hace eterna. 

Una tormenta sin aire pero con mucha lluvia salada humedece mis anhelos. El tacto de lo imposible se mezcla con el tacto de lo increíble y yo me quiero morir. 

Una última gota de sudor vuelve a recorrer un camino baldío. Paseo en la rueda del círculo vicioso que es mi vida. Sueño con romper cadenas que mil veces arranqué de mis muñecas. Sueño con un sol que caliente. Sueño con un día sin echar de menos. Sueño que no me duele. Cierro los ojos y aún te siento a mi lado. Susurro en el silencio "no los abras". Ojalá nunca se convierta en siempre. 



jueves, 25 de marzo de 2021

Las lágrimas de un beso

 Subido a la cresta de la ola de un segundo maravilloso, subió tan alto que se creyó invencible. 

Aliviado por el suave tacto de un pecado encarnado en unos labios rojos, inició el abordaje de un corazón antaño inocente. 

Susurró al viento su deseo y desesperación. Su anhelo y precaución. Lo siniestro de morir de sed teniendo el agua a pocos centímetros y no llegar ni siquiera a rozarlo.

Sintió que su alma y la muerte bailaron un tango soberbio. Imaginó que sería un perfecto final feliz ya que cualquier segundo posterior estaría colmado de vulgaridad y solo quería morir de sentimiento. 

El viento se llevó el vacío insolente que anunciaba su corazón a viva voz. Encontró un tacto que sentir, un pilar en el que vivir, un miedo que se comenzó a abrir. Fue el final y el principio.



Creyeron que era pecado

A Marcos le gustaba pasear por la orilla del lago, sentir cómo se le empapaban los zapatos, los calcetines y al final, los pies. Un profundo escalofrío recorría su espina dorsal y se sentía vivo. Su madre siempre le regañaba, pero él no podía evitarlo y volvía a repetir. 

Un día, una mujer desconocida y de apariencia peculiar, apareció a un lado del lago. Miró a Marcos y sonrió sinceramente. Él le contestó de la misma manera. No hubo palabras, no hubo gestos, pero ambos notaron que habían conectado de una forma especial, diferente. 

Largas eran las horas de conversación, sin mediar una mentira. Largos eran los silencios que adornaban sus miradas, las palabras no ensuciaban su momento.

Una triste mañana, una anciana entrometida los observó en la distancia creyendo ver un pecado entre algo tan puro. Pronto señaló con su dedo inquisidor tan impura acción y la palabra "pecado" empezó a ser vomitada por su boca. Un gran revuelo se formó en el pueblo y pronto metieron el nombre de Dios por medio. Tachando de impuro algo tan bello como una profunda amistad que no entendía de edades. 

El niño fue obligado a confesarse varias veces, aunque con la firme esperanza de que su alma pura de niño podría ser salvada. La mujer se vio obligada a abandonar el pueblo ante la presión de los que se sentían exentos de pecados. Esa fue la última vez que marcos y aquella mujer se vieron, aunque nunca se olvidarían. 

Moraleja: siempre habrá quién se sienta ofendido porque su raciocinio no logra comprender lo que sus ojos ven. El respeto es uno de los mayores logros que se pueden  alcanzar y nadie tiene el suficiente poder como para decidir qué está bien y qué está mal. El universo está plagado de colores distintos, no impongas tu color favorito a los demás. 



miércoles, 24 de marzo de 2021

Cómo te lo enseño

 ¿Cómo le explico a mi hijo que la religión es invención del hombre. Que pertenecerán a una u otra dependiendo de donde haya nacido. Que en su nombre se han cometido las mayores atrozidades del mundo. Que solo vale para que unos pocos tengan el poder de manejar el rebaño de muchos apelando al pecado?

¿Cómo le explico a mi hijo que debe prepararse para ser el mejor y poder tener un buen trabajo menos para ser político donde solo deberá engañar con discursos vacíos que distraigan a la masa. Que deberá insultar vilmente a quien piense diferente. Que de nada servirá ser honrado y honesto. Que se dará por hecho que robará y mentirá y aún así seguirá siendo elegido?

¿Cómo le explico a mi hijo que debe tener unos valores y principios honestos y sinceros si será juzgado por la hipocresía. Si nadie respetará sus derechos porque siempre habrá alguien que tenga más que él. Que el mismo que lo señala con el dedo y lo acusa tendrá más que esconder?

¿Cómo le explico a mi hijo que tendrá más o menos derechos dependiendo del sexo con el que haya nacido. Que la injusticia es algo que deberá aprender a tragar por mucho que pinche. Que todo o nada deberá ser sus decisiones del día a día. Que cada vez hay más violencia y que siento miedo de que le pase algo grave?

¿Cómo le explico a mi hijo que esta sociedad es corrupta, injusta, ingenua, estúpida, conformista, violenta y aún así nos debemos adaptar?




Siempre lo supo

Miró hacia atrás y la experiencia le regaló un paisaje que lo emocionó. Encontró entre sus conquistas el sacrificio que el tiempo engordó de valor y quiso volver a revivir invocando a la memoria. 

El orgullo maquilló sus ojos y sus pulmones se ensancharon de amor propio. Un hormigueo empezó a nacer muy profundo y le dio vitalidad positiva para seguir conquistando metas antaño imaginadas. 

Se plantó delante de sus dificultades. Alertó a sus circunstancias. Saboreó la soledad de la victoria y aulló a la derrota que moría de hambre en el rincón de lo imposible. 

Supo que sería ganador de una batalla consigo mismo. Supo que la verdad tiene varias caras y él solo podrá ver una, pero sería la suya. Y desde la cima de lo incondicional, supo que nunca se rendiría sin luchar. Supo que la derrota y la victoria es efímera, pero que jamás ahorraría ni un ápice de su esfuerzo. 




martes, 23 de marzo de 2021

La felicidad no entiende de tiempo

El oscuro sendero apenas tenía tránsito. Con demasiado follaje todo el año, la luz del sol apenas podía llegar a acariciar aquel oscuro suelo. 

En una roca orillada, un hombre esperaba paciente mientras fumaba en pipa. Un joven muchacho, que usaba el sendero para ir a trabajar, lo miraba curioso, día tras día. Siempre la misma ropa, la misma postura, la misma mirada ausente. 

Tras varias semanas, el joven se acostumbró a su presencia. Por eso se extrañó tanto al no verlo aquella mañana. Preocupado, siguió su camino sin dejar de mirar a todos lados. Los días pasaron y el hombre enigmático seguía sin aparecer. Hasta que un día, sin previo aviso, volvió. 

- Qué alegría volver a verlo. Me tenía preocupado - dijo el joven corriendo para ponerse a su lado. 

- ¿Enserio te has preocupado por mí? Si no me conoces. 

- Lo sé, pero me extrañó su ausencia y me llegué a preocupar por si le había pasado algo.  ¿Puedo preguntarle por qué está sentado aquí día tras día, en la misma postura y con la mirada perdida?

- Mi joven amigo. La vida me hizo el mejor regalo que se puede imaginar. El amor verdadero. Encontré una parte de mí en otra persona y me complementaba haciéndome mejor persona. Vivía en un sueño cada vez que la veía y se acaba cuando tenía que marchar. El problema de nuestro amor es que ella era una importante princesa y yo solo un joven herrero. Nos prometimos amor eterno, pero ella tenía que cumplir con sus deberes reales. Yo le juré que la esperaría. En esta roca nos despedimos. Y desde entonces aquí la espero. 

- ¿Y por qué se ausentó durante esos días?

- Tuve miedo de que se olvidase de mí y fui a Palacio en busca de su mirada. Nos cruzamos fugazmente durante unos intensos segundos y, sin palabras, reforzamos nuestro amor. Y aquí seguiré sentado cada día a esperar que el destino me devuelva lo que un día me regaló. 

Una mañana cualquiera, el joven pudo ver que el hombre ya no estaba. En su lugar había dejado la pipa que usaba para fumar. Entendió que su sueño se había cumplido y volvía a ser feliz. 




La voz de la inconsciencia

 Creyó leer un susurro sin labios que el viento distorsionó. Tardó algunos segundos en descubrir que la imaginación se divertía con su consciencia y alertó a la cordura del peligroso juego. 

No quería oír una verdad con espinas. Acostumbrado a vivir en las ruinas que una mentira cosechó, se acostumbró a ver en la oscuridad y la luz siempre idolatrada le cegaba. 

Sin rincones en los que esconderse, sin la locura que lo distrajese, solo supo aceptar los gritos de la evidencia. Lo triste de su esencia. Un yin sin su yan.

Sin poder para negar la evidencia, discutió consigo mismo sobre la viabilidad de una muerte lenta o el bienestar de un momento de agonía breve. La vida se mide en momento inolvidables, no en décadas insulsas. Volvió a respirar ante una elección de una sola opción. Eligió vivir en vida.




lunes, 22 de marzo de 2021

En cuerpo y alma

 Aquí me presento, maestro, ante su sabiduría que los años le han regalado. Con humildad y totalmente entregado 

Aquí me presento, maestro, siendo sincero y sin ambages. Pues nunca fui cobarde, y hoy es un día que ya adormece.

Aquí me presento, maestro, triste y devastado. Pues el combate ha acabado y no he podido triunfar. 

Aquí me presento, maestro, con mis armas claudicadas y mis defensas devastadas. No fui rival antes sus ojos, ante sus caricias, ante su belleza. 

Aquí me presento, maestro, pues nunca fui dueño de lo eterno y ante mi enemigo me pienso entregar, como no, en cuerpo y alma. 



Quiero ser la amapola que miras

Sentado en el balcón de sus ojos, no pudo ponerle nombre al terremoto de sentimientos que se quebraron al ver su silueta pasar.

El atardecer agonizaba lanzando sin compasión los últimos rayos contra su silueta perfecta. Suspiros silenciados para evitar que el precioso momento se esfumase. 

El viento cambió el rumbo de la cascada de su pelo. Dibujó figuras imposibles que aumentaron la belleza del precioso momento. Sus pupilas se dilataron para poder ralentizar el tiempo. 

Con el alma secuestrada por su energía blanca, caminó con un solo rumbo, sus labios tiránicos. Que no le permitieron escapar, que no quisieron escapar. Un día más, renovó su amor. Un día más murió entre sus brazos, y solo por eso, mereció la pena ser vivido. 



Luchadora

 Ella nunca prestó atención a los pequeños detalles que tanto echaba de menos. Aquellos que no sabía si volvería a poder hacer. Una lágrima brindó por ellos. 

Ella miraba su imagen en el espejo y recordaba su pelo negro, sus mechas rizadas, sus cejas y pestañas pintadas. El reloj había corrido demasiado desde la última vez que había sentido el aire de un secador. 

Ella miró en el espejo las bolsas cargadas de cansancio, adornadas de ojeras oscuras. Demacrada era su sonrisa olvidada y sentía cada vez más cerca el abismo sin retorno. 

Ella miró su estuche con maquillaje y decidió seguir su rumbo pero cambiando de mirada. Se pintó radiante, como su alma. Se vistió de seda, ocultando la vía que la mantenía sana. Se subió a sus tacones haciendo huir al miedo con el sonido de sus pasos... 

Ella no sabía si moriría o no, pero había decidido plantarle cara al cáncer con la mejor de sus sonrisas. 



miércoles, 17 de marzo de 2021

Simplemente él

 Un paso tras otro, su camino había dibujado tras sus pies. Pensó que era el momento de pararse y mirar hacia atrás. Quería saber hacia donde se dirigía su futuro mirando en el pasado. 

Sintió orgullo cuando comprobó lo grande que era el muro que había logrado superar a base de no rendirse. Se avergonzó cuando vio el tiempo que perdió atrapado en el fango. Volvió a reír con los momentos más graciosos de su viaje. 

Miró donde había plantado sus pies, en su presente. Pensó que estaba en las antípodas de los sueños que había dibujado cuando era joven e inocente. Pero sintió orgullo pues nadie le había regalado nada. 

Miró al futuro y lo efímero de su presencia. Había aprendido a no soñar con los deseos pues era una falta de respeto hacia el presente. Así que sin dilación, decidió seguir fabricando pasado a costa de sacrificar su futuro. Era feliz con sus aciertos y fracasos. Con sus victorias y derrotas. Porque simplemente, era él.



Cree en ti

El joven alumno miraba al infinito sentado en una roca mientras las flores del valle jugaban con el viento y formaban un precioso paisaje del que nunca sabrían que formaban parte. 

El viejo maestro se acercó con tranquilidad, posó su mano en el joven hombro del alumno y le preguntó

- ¿Por qué no participas con los demás alumnos de la actividad?
- Porque no soy tan bueno como ellos. No voy a saber jugar y al final voy a perder como siempre. 
- Entiendo. Mira allí, a la derecha de aquella roca.¿Ves ese árbol que asoma tímidamente de entre la hierba? Llama mantención la atención porque apenas baila al son de viento cómo el resto de la vegetación. Ahora mismo ni lo miras porque lo realmente bonito es ver a las flores y la hierba moverse, pero ¿Qué ocurrirá cuando pasen los años? Pues que ese árbol se hará grande, con fuertes raíces y unas ramas gigantescas. Será lo primero que vea la gente al llegar a este precioso valle; y en los días de calor, todo el mundo se acercará a su sombra para refrescarse. Pero para llegar hasta ahí, antes tuvo que intentar bailar con la hierba. Debes creer en ti pequeño, porque todos estamos destinados a hacer cosas grandes, y para eso, antes debemos conocer el amargo sabor del fracaso. Llegar hasta los confines de nuestras limitaciones e intentar agrandarlas. Debes creer en ti porque solo así llegarás a ser una gran persona. 


martes, 16 de marzo de 2021

Tan bella, tan vacía

 Su belleza era una digna competidora de la luz de las estrellas. Hechizaba con solo una mirada y miles de corazones rotos escuchaba en su caminar. Ajena del esfuerzo, conseguía todo aquello que se proponía sin imaginar el valor que pudiera tener. 

Un día, un precioso coche se paró frente a la mansión más fastuosa del lugar. Ella encendió su radar y apostó por ser conquistada por tal galante caballero. Se imaginó viviendo rodeada de lujos, lejos de lo mundano y con la plebe arrodillada. 

Con solo mostrarse por los alrededores de la mansión bastaría para que aquel millonario se fijase en ella, pero nada ocurrió. Decidió seguirlo en sus paseos por el bulevar, pero pasaba por su lado sin mirarla siquiera. Atormentada por la ignorancia, se presentó en su casa para pedir explicaciones sin pensar en la razonamiento de sus actos. 

Se encontró sentada frente al hombre millonario en un tremendo salón adornado con una preciosa canción de fondo. Ella suavizó su cabreo y le insinuó con dulzura que podría ser una perfecta compañía para su vida y que de nada le iba a faltar. Él, sonrió con astucia y le contestó.

- No busco que la belleza llene mi vida, pues soy ciego. Adivino que serás preciosa, digna de un museo, pero además de esa belleza ¿Qué me puedes aportar? Nada. Así que no eres lo que busco ni lo que necesito. Sólo espero que puedas labrar un bonito porvenir para cuando esa belleza se marchite. Pues entonces te darás cuenta de lo vacía puedes llegar a estar. 

Los años pasaron y la preciosa muchacha se convirtió en una anciana de piel arrugada, casada con un sucio labrador al que no quería y con tres hijos que se fueron lejos de sus abrazos. Cada noche, se sentaba en la ventana de su dormitorio y miraba la enorme mansión. No se acostaba hasta que la última luz se apagaba y una lágrima de arrepentimiento recorría su rostro mientras murmuraba "llevabas razón".




El abordaje de su piel

 Cautivó una sonrisa con miles de miradas apostadas desde los flancos de sus enormes ojos. Docenas de latidos marcharon firmes y decididos a la conquista de un corazón ajeno. No se va a escapar, no se puede escapar. Y comenzó el abordaje.

Con las defensas entregadas y las armas rendidas, consiguió robar un tesoro de sus labios. Rodaron caricias por su piel, ajena al sufrimiento que produce cuando no está. Y su aroma impregnó de dulce sabor la esencia de un sueño inagotable. 

Un ritmo de dos corazones. Una canción con percusión de besos. Una locura inevitable. Una historia que se repite en esta y en otras vidas. 



domingo, 14 de marzo de 2021

Locura compartida

 Sucedió a pocos centímetros del centro de su corazón. Un terremoto de magnitud incalculable sacudió sus sentidos y sintió como su mundo se volvía del revés desafiando toda lógica hasta ahora conocida.

Sospechó que algo diferente iba a suceder y se preparó para la locura. Maquilló la realidad con tintes de normalidad y sintió la adrenalina  saltar al vacío. Nunca se había sentido tan vivo, justo ahora que estaba apunto de caer tan profundo. 

Se adueñó de su mirada y secuestró sus sonrisas. El tiempo exageró su andar y varias horas consiguieron entrar en unos pocos segundos. Lo imposible empezó a convertirse en realidad fluyendo como un río salvaje. En mitad de una tempestad, nunca dejaron de mirarse.

Adictos a sus abrazos, dependientes de sus besos. No recuerdan más allá de su amor. Y la tristeza muere de hambre en su presencia. Sus ojos gritan sin palabras, fuerte, como un altavoz, que solo viven en un universo compartido. Que nunca más volverán a la cordura solitaria pudiendo vivir en la locura compartida. 




sábado, 13 de marzo de 2021

El ángel triste

 La última vez que lo vieron, estaba bebiendo mate en la esquina más sucia de la catedral, mirando directamente a las nubes. Parecía que había elegido ese santo rincón para suplicarle al cielo que lo llevase con él. 

Un niño que jugaba ajeno a la emotividad del momento, golpeó su pelota con demasiada fuerza, la cual acabó derribando el mate que aquel enigmático hombre tenía en la mano. Con mucha tranquilidad, miró la pelota que lo había golpeado, la cogió con las dos manos y le hizo un gesto al niño inoportuno para que se acercase a ella. El niño quiso salir corriendo, pero era su pelota y quería recuperarla, así que se acercó.

Se plantó delante de aquel hombre con los ojos enmarcados en la punta de sus propios pies. Él le cogió una mano y le dijo.

- No pongas esa cara de arrepentimiento, no pasa nada. Solo era un poco de mate - el chico sintió un profundo alivio - pero quiero que tengas más cuidado con esta pelota. Lo mismo que me has dado a mí le podías haber dado a un pobre anciano y tirarlo al suelo. ¿Me has entendido? - el pequeño asintió con felicidad, cogió la pelota y se dispuso a seguir jugando. Pero se sorprendió preguntando. 

- Perdone, ¿Quién es usted? 

- Te responderé, pero antes dime, ¿Por qué quieres saberlo?

- Porque usted no es de aquí, todos nos conocemos. Pero parece que conoce muy bien la ciudad, pues nunca ha preguntado una dirección y sabe muy bien dónde va. Viste como los demás pero parece distintos a todos. No para de mirar al cielo como esperando una señal, pero sin embargo nunca ha entrado en la catedral para rezar. ¿Es usted un ángel? - el hombre sonrió divertido, agachó la mirada y, tras unos segundo dedicados a la reflexión, contestó. 

- Sí soy de aquí, me crié unas pocas calles más arriba y jugaba a la pelota igual que lo haces tú. Pero me puse muy malito y tuve que marchar dejándolo todo atrás, incluidos mis padres, por eso nadie me recuerda. La ropa son solo trozos de tela que sirven para cubrir el cuerpo, lo importante es cómo te sientes por dentro y eso de reflejará por fuera. Yo carezco de orgullo, miedo, arrepentimiento o envidia, por eso soy distinto a todos los demás. Nunca he entrado a la catedral pues es el fastuoso símbolo terrenal de la avaricia de unos pocos hombres que la construyen en nombre de un Dios que predica la pobreza. No dudo de su belleza, pero ese edificio honra a unos hombres sin escrúpulos, no al dios en el que creo. Pero eso no quiere decir que no rece, claro que rezo, a cada momento, y rezo por vuestras almas, que permanecen puras a pesar de estar rodeados de tanta corrupción. Y a tu pregunta de si soy un ángel... Efectivamente lo soy. Cuando era chico tuve una enfermedad que me hizo subir a los cielos. Me fui muy joven pero cargado de muchísimo amor de mis padres. Pasaron los años y cada día me preguntaba cómo seguiría la vida en la tierra que dejé. Qué habría sido de mis padres y de toda la bondad que vi en la buena gente de esta ciudad. Así que tardé, pero conseguí el permiso para bajar y visitar lo que un día fue mi hogar. Pero ya nada es como era. Mis padres ya no están, se marchitaron tras mi muerte y ahora son dos ancianos que no se reconocen entre ellos mismos. El respeto que había entre los vecinos ha desaparecido, solo hay envidias y peleas por intereses estúpidos y nimios. Veo dirigentes que mienten, roban y tratan como estúpidos a quienes los eligen, y ellos lo saben y lo siguen escogiendo, así que realmente son unos estúpidos. Veo que la empatía ha desaparecido y la radicalidad es una constante. Nadie escucha a nadie y al que piensa diferente a otro se convierte en enemigo que no merece piedad. Este mundo me ha decepcionado, miro al cielo suplicando que me dejen regresar. Quiero seguir siendo un ángel, quiero dejar de sentir vergüenza de lo que un día fue la ciudad donde me crié.

El niño cogió su pelota, se giró rápidamente y se fue sin decir adiós. Miró hacia atrás mientras corría para dedicarle una última mirada a aquel extraño hombre, pero había desaparecido y nunca más volvió a verlo. Pensó que por fin había conseguido subir al cielo. Desde entonces, el niño trabajó duro para ser bueno y bondadoso con toda la negatividad que lo rodeaba y soñando que poco a poco, la gente se contagiase de su buen hacer y volviesen a ser lo que un día fueron, personas que se aman entre ellos. El niño nunca lo dijo, fue su secreto, que un día conoció un ángel triste.




Las causa de lo desconocido

 El miedo, la verdad y el silencio se reunieron de urgencia para abordar la crueldad de la situación que estaban viviendo. La vida había girado muy deprisa y había que fijar un rumbo que seguir.

- Todo puede salir mal. Desconocemos el camino, la situación y nos arriesgamos a perderlo todo - dijo el miedo 

- Es cierto. Pero también puede salir bien. No podemos hacer como si nada hubiese cambiado. Hay que tomar una decisión y debe ser consensuada y contundente - dijo la verdad. 

El silencio no habló.

- Yo no quiero arriesgarme. No quiero sufrir, no quiero equivocarme. Prefiero volver a mi cueva y no salir de allí nunca más - volvió a decir el miedo. 

- Hay que buscar las oportunidades que la vida nos regala. Hay que ser conscientes de que la realidad ha girado hacia un rumbo desconocido pero no por eso debemos ignorarlo, despreciarlo y tenerle miedo. La vida es un complejo laberinto de cambios y decisiones que debemos afrontar. Sabemos de dónde venimos y eso nos debe dar seguridad y fuerza para afrontar el destino. Hay que ser valientes y en algún momento de la vida, hay que ser egoísta y tomar caminos que doleran a otros, pero que son beneficiosos para nosotros. Y no al revés. Yo quiero tener el privilegio de apostar y equivocarme. De disfrutar con el acierto y aprender de las lecciones de los errores. Quiero sentir que tengo decisión en esta vida, la realidad es una y hay que vivirla. Apuesto por seguir nuestro destino - dijo la verdad. 

-Estoy de acuerdo - dijo el miedo tartamudeando. 

... El silencio no dijo nada, no hizo falta,todo estaba decidido. 



viernes, 12 de marzo de 2021

Corazones de fuego

 Se envolvió con el valor que los nervios le robaba y se dispuso a dar el siguiente paso. Posó sus labios sobre el colchón que eran los suyos y esperó la explosión de cólera, el grito de desagrado, incluso algún golpe alterado. Pero nada de eso llegó. Empezó a nacer la pasión, se encendió un fuego que comenzó a quemar a los dos. Respiración acelerada, manos que no pueden parar. Envoltorio arrancado sin pedir permiso.

El primer gemido vino cuando los labios de él humedecieron el cuello de ella. Su mano, mientras, se abría paso entre un desierto de ropa holgada hasta llegar al oasis de sus senos. Pero no anidaron allí demasiado tiempo y pronto buscaron saciar su sed en la humedad de un monte con nombre de antiguo dios, Venus. 

Ella desabrochó enfurecida el pantalón de él y busco la dureza de su placer. Quiso igualar el tablero del profundo disfrute que sentía y comenzó a bailar una sencilla pero efectiva danza. Susurros de placer lanzados a las estrellas, silenciosas cómplices de una pasión sin medida. 

Ambos intercambian besos que devoran, caricias que marcan la piel, palabras que rebosan de sus labios. Seducidos por la intensidad, se asestan golpes que no duelen, aislados de un mundo que sigue su rumbo sin ellos. 

Él se derramó mientras ella lo miraba a los ojos. Recuperaron el aliento en un concierto de jadeos y acompañaron sus movimientos con el agotamiento. Sin duda, volverán a pecar.



El ángel que encontró el amor

Desconcertado estaba el diablo viendo tanta locura. Desesperado se lamentaba el ángel nocturno. Ningún dios quiso mirar más allá del precipicio. 

Sentado en su trono de madera, con las manos sucias de mentiras, colocó su corazón a la derecha de los sentidos y escupió un sentimiento oscuro que antaño se le había atragantado. Miró a los ojos al diablo, al ángel y a los dioses, y osó continuar un camino jamás inventado. El camino de igualar lenguajes, de emparejar mundos, de conquistar el olvido. 

Ninguno quiso creer en una realidad nunca sospechada. Miradas fugaces deseando la confirmación de un sueño que no llega. Sin otro remedio, escucharon la voz de un alma que parecía que iba a salir de ese cuerpo mundano.

 Su petición era tan sencilla como imposible. Solo pedía que el mundo dejase de contar con él. Quería habitar en una burbuja sin tiempo ni destino, sin sentencia y alejado de lo divino. Había encontrado unos brazos en los que rezar, unos labios en los que habitar. Y allí, colmado de felicidad, quería que el tiempo muriese y que los encontrase la eternidad. 




lunes, 8 de marzo de 2021

Una historia de superación

 Nunca se arrepintió del dulce río que se abría paso en su rostro. Básica interpretación ancestral de un sentimiento. Jamás intentó esconderlo. 

Cerró los ojos y se dejó adornar por el viento que sujetaba su cuerpo. Hizo volar oscuros pensamientos y se aferró a la belleza de un precioso segundo que lo impulsaba ferozmente hacia el siguiente. 

Sentó en una esquina del olvido cotidiano el sabor de la melancolía. Desenterró del manantial de los recuerdos el cajón de las sonrisas y limpió el polvo añejo que adornaba sus imponentes alas. 

Volver al pedestal del que fue arrancado, donde siempre fue referente. Contaminar a todos los que le rodean de contagiosa alegría y recibir con una mirada sincera la nueva versión de lo que un día fue. De lo que nunca volverá a caer. 

Ese día volvió a ser, a estar, a parecer...



Allí en tu lado

 Ayer te volví a ver. Con otros ojos, otro cuerpo, pero eras tú. Mirando desde la distancia, como siempre haces. Murmurando sin esconderte, como siempre haces. Escupiendo veneno a mi paso, como siempre haces. 

Cambias de forma cada vez que te apetece, pero cada año que pasa es un anillo de experiencia en mi corteza y a veces solo te reconozco por tu hedor putrefacto. 

El dolor de tus desprecios enjuaga mi rostro con gotas saladas cargadas de absoluta resignación. Pero siempre tuve claro que no me ibas a vencer, no esta vez, no a mí.

En la mirada de aquella anciana, en las palabras de un dependiente, en la educación de un niño... Ahí se refugia mi enemigo íntimo, el racismo, el odio hacia un color distinto que baña mi piel y es motivo justificado para excluirme. Sin darse cuenta que mi sangre también es roja, mis sentimientos de cristal y solo vine aquí para perseguir un sueño, tener vuestros mismos derechos. 



domingo, 7 de marzo de 2021

Por encima del desprecio

 Pepe era un pequeño hombre con grandes sueños por conquistar. Siempre antepuso el esfuerzo al "no puedo" y el disparate formaba parte de su día a día. A veces tomado por loco, nadie le daba credibilidad a sus palabras y la sorna era el saludo cotidiano con el que debía lidiar. 

Inventor de lo imposible, muchos no sabían percibir la magestuosidad de su imaginación. Pepe tenía la convicción de que había nacido rodeado de asnos. 

Un día, pepe presentó su último invento. Se había vaciado en él. El culmen de su trayectoria. Digno ejemplo de belleza e ingeniería que cambiaría la vida de todo el que poseyese uno. Con el pecho inflado de un absoluto orgullo, no pudo tragar las burlas y risas de aquellos ignorantes y, con duros gestos de indignación, se fue a su casa, hizo la maleta y se fue de aquel lugar con la firme intención de no volver. 

Pepe presentó su invento en las grandes ciudades siendo un rotundo éxito y haciéndolo millonario en cuestión de días. El tiempo pasó y pasó y a pepe cada vez le iba mejor. Una de las mentes más prestigiosas y valoradas de su tiempo. 

Un día, decidió regresar a su localidad natal con el aire de grandeza que su fama la proporcionaba. Imaginó a todos los que se rieron de él arrodillados rogando un poco de perdón y luchando a machete por unas migajas de su tiempo. Pero nada más lejos de la realidad. Cuando lo reconocieron, comenzaron a hablarle de forma jocosa y con bromas humillantes que le devolvieron malos recuerdos que pensó superados. Su primera reacción fue volver a montarse en su fastuoso vehículo y no volver allí nunca más, pero al fondo, pudo ver la casa donde se había criado. La plaza del pueblo donde veía jugar a los demás niños mientras él inventaba. La vieja escuela donde construyó los pilares de su basto conocimiento. Decidió pasear ajeno a los graznidos de aquella gente sin sentido. 

Después de un día de remover recuerdos, Pepe se montó en su coche y se paró a la altura de todos los que se habían estado riendo de él durante tantos años. Los miró con compasión y les dijo "si no llega a ser por vuestros insultos, nunca habría salido de este lugar y jamás me habría desarrollado como inventor. Muchas gracias a todos" y se marchó con un profundo sentimiento de perdón en su pecho y dejando tras de sí un fuerte reguero de admiración. 



Historia de un primer beso

 Se disfrazó de alguien que no era él y se refugió en la cueva más profunda de su consciencia. Enfrentado cada segundo al goliat de su imaginación, compuso una serie de lamentos dibujados con una sonrisa que fingía seguridad. 

Sus manos esquizofrénicas bailaron al son de sus nervios. Nunca una piel las había irritado tanto y la tenía a pocos centímetros. Nunca unos labios habían encendido tantas alarmas en su coherencia, y no podía huir del peligro. 

Tan cerca del precipicio decidió no pensar. El miedo envolvió su cuerpo y la locura se hizo con el control. El corazón desespera por salir de la jaula que son sus costillas y la fragilidad envuelve cada uno de sus sueños. Y cuando todo podía salir mal, salió bien. Y cuando la apariencia no era sincera, resultó que sus labios eran dos piezas perfectas del engranaje que eran sus almas. Fue el comienzo de una historia de amor. 



jueves, 4 de marzo de 2021

Cuando menos lo buscas

 Había una vez un sentimiento único que vagaba en busca de una hondura donde poder anidar y fabricarse un hogar. 

Encontró una en la que se acopló sin problemas, quizás sin demasiados problemas. Sentía mucho espacio a su alrededor y le provocaba  una enorme sensación de inseguridad. Sin un rincón en el que acurrucarse salió para volver a buscar deseando encontrar.

Encontró otra hondura mucho más pequeña que la anterior. Sin pensar ni medir, intentó entrar con la firme intención de convertirla en su hogar. Pero apenas había metido la mitad de su ser cuando ya estaba todo lleno. Entristecido por tener que desechar otro deseo, salió de allí triste pero sin intención de rendirse.

Cansado tanto física como mentalmente de un día tan infructuoso, se sentó en una roca decidido a abandonar para otro día más afortunado su búsqueda. Pero no midió bien su equilibrio y se cayó hacia atrás entrando en una hendidura totalmente oculta a la vista. Después de superar el sobresalto inicial, se dió cuenta que estaba muy agusto allí. Encajaba perfectamente, sentía la libertad suficiente como para poder moverse y estaba resguardado lo justo como para no sentir inseguridad. Decidió convertir aquella hondura en su hogar y crió unas raíces tan profundas que jamás se secaron. 

Moraleja: no por mucho buscar, vas a encontrar. Hay veces en que la vida te regala tu sitio en la vida, cuando menos lo buscas. 



miércoles, 3 de marzo de 2021

Inolvidable

 Vagaba sin rumbo por un camino desconocido, pero sin detalles interesantes. Enmarañado en sus pensamientos apenas pudo distinguir la belleza de una flor que apunto estuvo de pisar. Se arrodilló ante ella y se asombró por la perfección que ante él se mostraba. 

- ¿Por qué me miras tan fijamente? - dijo la flor incómoda.

- Eres de una belleza absoluta. Has cautivado mis sentidos, has desterrado al olvido mis malos pensamientos. Quiero que vengas conmigo. Quiero tenerte presente. 

- Pero eso no puede ser. Necesito aire, libertad, sino me marchitaría. Si me cortas me habrás matado. Mi belleza durará unos días más, pero me deshojaré y al final estarás admirando mi muerte.

- Pero yo te quiero. 

- Si realmente me quieres, me dejarás dónde debo estar para seguir viviendo como me merezco. Siempre estaré contigo en el único lugar en el que puedo vivir contigo, en tu recuerdo. 

Lentamente, se marchó  dejando atrás la flor. Guardando en lo más profundo de su recuerdo la belleza de aquel instante. Inolvidable.




Por aguantar


 Se presentó ante la dulce apariencia de una fragilidad ficticia. Un monstruo que se devora a sí mismo se oculta en la oscuridad de una mirada que intenta disimular. 

El miedo se convirtió en mal compañero de viaje y aterrado convirtió en cotidiano la pesadilla. Abordado por un sentimiento de culposa cobardía encuadró su mirada en la punta de sus pies y allí anidó. Allí nada cuestionaron. Allí comenzó lo mundano. 

Y esa fue la última vez que la nada continuó siendo algo. En ese preciso instante un sol derrotó a la oscuridad. Unas alas comenzaron a asomar. Las nubes ya no están tan lejos.


martes, 2 de marzo de 2021

Amor inolvidable

 Ambos nacieron con esa infame enfermedad. La de olvidar lo ocurrido el día de antes y tener que volver a construir una vida que se esfumaría con el nacimiento de un nuevo día. 

Con cada despertar, sus ojos les eran desconocidos, pero sabían que algo habían guardado en ellos y eso les tranquilizaba. Caricias, gestos de amor incondicional y un goteo incesante de besos los colmaban, pero no podrían evitar volverse a olvidar con el ocaso del día. 

Un día más, con la mente virgen de experiencias pasadas, él encontró una nota a los pies de la puerta de su alcoba. Raudo la leyó y en su interior una frase le decía "soy tu madre y te amo con todo mi corazón". No imaginó una manera mejor de volver a construir recuerdos que volverían a morir. 



Soplando deseos

 Él encontró pedacitos de sí mismo en ella. Aquellos con los que pudo completar el puzzle de sus sentimientos desconocidos. Los mismos que pintó con las acuarelas de la imaginación. 

Ella sintió una hoguera naciendo en su interior, avivada por la mirada de una entrega inusitada. Sacrificó parte de sus promesas de "nunca jamás" y abrió con la llave del miedo las puertas de oro que llevarían a su tesoro. 

 Ambos soltaron el lastre que los enraizaba a lo cotidiano y surcaron el cielo fabricando sueños que solo existían en su imaginario. Poderosa magia que invencibles los volvió. Dejaron de ser él y ella para convertirse en un todo con escamas de amor. 



lunes, 1 de marzo de 2021

La historia de una gota de sufrimiento

 Si de algo sirvió el sufrimiento fue para que se sintiese más vivo que nunca. Intentó tocar con la punta de sus dedos el olvido que lo llevaría hacia lo eterno, pero sus armas tuvieron que reverenciar la ausencia de las tinieblas que lo devolvían a sus ojos. Aquellos ojos. 

Sin comprender ni querer entender, rodeó la cordura de un momento de flaqueza inducida. Le dejó un dulce sabor a derrota necesaria. A veces, solo se puede subir impulsando el cuerpo hacia abajo. Sintió punzadas de dolor que lo indujo al placer.  

Templó sus nervios a fuego lento, sin ceremonias ni angustias. Susurró con la mirada viejas oraciones que el viento acariciaría hasta guardarlas en un corazón que vibrase al mismo ritmo. 

Si de algo sirvió su esfuerzo fue para alterar la egemonía de lo inerte y conseguir crear vida de lo que un día murió sin estar vivo.