miércoles, 29 de abril de 2020

El coraje por bandera

Sin miedo y sin permiso subió sin pensar. La cordura la dejó en casa sabiendo que no la iba a necesitar. La respiración agitada y las manos temblorosas, solo una idea le rondaba. Llegar a la cima.

Sólo pierde el que deja de intentarlo. Mil veces había caído, mil y una se levantaría. Todo lo había perdido y nada fue regalado. Así que solo ante el mundo se seguía cuestionando por qué el azar lo castigaba. Pero su esfuerzo no cejaba.

Sentir el escozor en sus manos y el orgullo empujar hacia delante. Su bandera está manchada con su sangre, con sudor la limpia. Sin más dientes que apretar, mira con odio al destino. De allí va a salir aunque sospecha que le dolerá.

Puede ver la cima, la oscuridad le persigue. Tanto esfuerzo sin recompensa, la frase preferida del mediocre. Liberado del equipaje, solo necesita su esencia. La misma que te anima cuando las fuerzas flaquean.

Por fin ha llegado. La tortura se ha rendido. Palabras oscuras que huyen, solo escucha vítores. Mastica la victoria y su luz se enciende. Cuál es el siguiente reto, nunca estuvo conforme.



Buscando inspiraciones

Sal maldita sea. Dónde te has escondido. Sabiendo todo lo que te necesito has ocultado miradas en oscuros pasillos. 

Siéntate a mi lado, susúrrame al oído que nunca has necesitado todo lo que me has enseñado. No desprecies voluntades, pues de ellas vivimos. Y bésame en el alma que sin ti apenas respiro. 

Y cuéntame de nuevo aquello que hemos vivido. Que mi memoria siempre sueña con aquello que ha perdido. Escalera de color en la partida de tu vida. Si esto no es fortuna, que muera mi estrella.

Cansado de divagar, aullo a la luna que me abriga con la luz prestada de una estrella diurna. Sal de mi cabeza, no tengo más premura que sentir el escalofrío de tu abrazo diario. 

Me duermo en la sombra y despierto entre algodones. No entiendes que te necesito pues sin alma te escondes. Y escribe estos versos de tu fábrica de acordes. Silencio que ahoga, perdidas publicaciones.

Tu esencia

Saludé a la sonrisa triste que el espejo me devolvió. Sacrifiqué la mirada cansada de buscar y no encontrar y me envolví en una capa de energía que todo lo conseguiría.

Los primeros pasos siempre son los más importantes, o eso decía mi padre. Así que intenté que un temblor removiese los cimientos con las suelas de mis zapatos.

Te encontré distraída en nuestra esquina susurrando al viento el agotamiento del día. Pero una sonrisa me recibió recordándome que en ti habita un ángel.

Tu mano sedujo a la mía y la secuestró sin pedir rescate. Yo me introduje en tus ojos y jugué a perder al escape room. Entra de nuevo, que todo vuelva a encajar durante unas horas.

Saliva que conquista mi paladar. Soborno de mi cuerpo que se deja mostrar. Sin dios al que rezar solo encuentro tesoros que desenterrar.

Divinidad del pasado que vuelve para sentenciar que aquel es nuestro momento. Cada segundo que suspira su muerte al universo me hace comprender que nunca volveremos a ser los mismos. Siempre seremos mejores.

Aquella mano aún la siento entre mis dedos.  Salto de sueño en sueño y siempre muero en tu recuerdo. Adiós mi alma, hola desesperación. Cada segundo que tarde en volver a ti será mi condena.

lunes, 27 de abril de 2020

Mi lucha

Cansado de luchar cada día sin motivo. Agotado de remar contracorriente y no conseguir moverte del sitio. Asustado al ver como las arrugas van dibujando surcos en tus manos.

Intentas arrojar la toalla, pero un nuevo día nace y te vuelves a colocar la armadura. Será otro día duro en una batalla que no es la tuya. Respiración profunda, concentración de sentidos. Sabes que todo puede cambiar pero sin duda todo seguirá igual. 

Con el alma en los pies llega el momento del descanso de tu cuerpo, pero tu mente no lo va a permitir. Noches en vela temiendo al monstruo que se abriga con la oscuridad. Ese monstruo que tu mente ha creado y que te pellizca el estómago. Otra noche con la firme intención de abandonar, otra mañana en la que no te atreverás.

Pero todo cambió cuando unos cascabeles te miraron y una sonrisa sin dientes dibujó un cálido manto en tu corazón. Supiste que llegó el momento de afilar tus armas, de sacar brillo a tu escudo. De practicar reverencias a un nuevo Rey.

Cómo abrazar algo tan chico puede hacerte sentir tan grande. Cómo un abuso tan egoísta puede llenar tantos huecos. Cómo un segundo contigo escapa de tus manos sin poder saborearlo y sin ti martillea tus sentidos.

Una y otra vez vuelves a bañar tus pupilas con su esencia. Una y otra vez intentas no sonreír pero nunca ganas. Una y otra vez lo dejas todo por él. Hoy la vida puede esperar, las batallas ya dan igual, porque hoy volveré a verte y todo volverá a tener sentido. 


domingo, 26 de abril de 2020

Sentencia por sentimiento

Siente. Me repetía una y otra vez. Siente. Retumbaba en mi cabeza la dichosa palabra. Siente...

Buscando en el desván de mis recuerdos me encontró mi madre desesperado. "¿Qué haces hijo mío?" Preguntó asombrada por el desorden. "Busco mis sentimientos, no los encuentro." Con una mirada triste la vi desaparecer como un atardecer. Seguiré buscando, recuerdo que un día tuve sentimientos.

Subí a la cima de la montaña más alta. Desde allí se veía toda la ciudad y posiblemente divise mis sentimientos. Pude escuchar mi respiración mientras observaba la belleza del paisaje. Pude abrazar mis sentidos excitados jugando con la felicidad. Pero el recuerdo de la búsqueda de mis sentimientos ahogó el momento.

Soledad que me acechas, nunca serás bienvenida, pero eres mi única compañía y por eso te quiero. Miradas ocultas en críticas del que no comprende. Del que se siente con poder de juzgar y sentenciar. Locura es mi nombre y sordera es mi respuesta.

En mi lecho de muerte me encontrarás, con la espina clavada de no haber encontrado aquellos sentimientos que tanto he añorado. Delante de un dios me encuentro y con lágrimas en los ojos le he preguntado dónde están escondidos los sentimientos que toda mi vida he suspirado.

"Confundiste la forma de buscar algo que no se encuentra con los sentidos. Los tenías guardados en una estancia en tu corazón. El único sitio donde no has buscado. Has malgastado tu vida en encontrar fuera aquello que habías guardado. Algo tan puro y verdadero no lo has disfrutado y ahora has muerto y serás devorado por la culpa de aquel que tanto ha buscado y nunca supo dónde había guardado"

Mi último acto en vida fue expulsar una lágrima que guardaba toda la rabia contenida por haber desperdiciado una vida en buscar y no encontrar lo que tuve en mis manos.



Mi pesadilla

Cansado, suspiraba por poder acostarme y descansar de un día bastante agotador de trabajo. Preparo la cama para acostarme y me dirijo al pasillo para apagar la luz. Con la tranquilidad de la rutina pulso el interruptor y allí, plantada en mitad del pasillo, una figura humana me observaba abrigado por la oscuridad. No pude evitar soltar un grito de terror. Volví a encender la luz.

Había desaparecido. Miré a un lado y a otro y nada. Ni rastro de aquella figura. Buscando lógicas en mi cabeza que arrojasen una explicación, intenté tranquilizarme. Mis manos aún temblaban. Volví a pulsar el interruptor...

¡Y allí estaba de nuevo! Pero esta vez estaba más cerca. Quise salir corriendo pero la puerta a la calle estaba al otro lado del pasillo. Casi sentado en el suelo le volví a dar al interruptor desapareciendo así la figura amenazadora.

Con las lágrimas saltadas y sin poder controlar el temblor, miraba por todo el pasillo sin pestañear. Sin duda había alguien,quise salir corriendo, pero tenía miedo a que me abordase en el pasillo. Quise coger el móvil, pero estaba cargando en el salón. Encerrado e incomunicado, le volví a dar al interruptor...

Y allí, plantado en mitad del pasillo, aquella figura oscura y rebosante de maldad. Esta vez pude oír su respiración, parecía la de un animal. Volví a encender la luz y sin ninguna lógica, volvió a desaparecer.  La volví a apagar y...¡ESTABA A TAN SOLO DOS PASOS DE MI!

Corriendo me metí en la cama dejando las luces del pasillo y la lámpara de mi mesita encendidas. Lloraba como un niño y solo podía decir "¡No por favor!" Me di cuenta que me había orinado encima. Con absoluto terror, vi como la luz del pasillo de apagaba sola y la figura emergía en el marco de la puerta de mi dormitorio. Me metí debajo de las sábanas buscando un refugio donde no lo había.

Solo escuchaba silencio. Ni el más mínimo movimiento se adivinaba tras aquel muro que eran mis sábanas. Empecé a sentir curiosidad por si se había ido, incluso empecé a pensar si había sido una pesadilla. Poco a poco empecé a asomar mis ojos y con alivio pude ver que no había nada en la puerta. Me destapé un poco más para ver mejor.

Pero volví a escuchar aquella respiración animal ¡Estaba en la mesita! Con ojos inyectados en sangre, una mandíbula grotesca con enormes dientes y saliva que caía empapando el suelo y unas garras afiladas que envolvían la mesita. lentamente acercó una garra hasta el interruptor de lámpara y sin dejar de mirarme la apagó...

sábado, 25 de abril de 2020

Héroes en el silencio

Un nuevo día, una nueva jornada de trabajo agotadora. Respiro hondo mientras me coloco la bata, la mascarilla y los guantes. Siempre está el miedo de contagio, pero mi deber es intentar salvar vidas.

Antonia es una dulce anciana que llegó a nosotros casi desde el principio de la pandemia. Su estado era crítico, debía estar siempre conectada a un respirador  y debía sufrir mucho, pero nunca se quejó ni tuvo una palabra crítica. No había tenido hijos y era viuda, por lo que no tenía a nadie en este mundo. Imposible no tenerle cariño.

Agotadoras jornadas laborales. Sentía impotencia cuando varios pacientes necesitaban asistencia urgente pero no teníamos medios humanos ni técnicos.

Un día entró un muchacho joven en un estado muy grave. Policía Nacional, con dos hijos y apenas 40 años. Tantas horas expuesto habían hecho mella en su joven cuerpo y ahora se ahogaba delante de mí. Fue un logro estabilizarlo pero no sabía cuánto tiempo iba a durar.

Antonia me llamó con urgencia, extrañada me acerqué y me pidió un favor personal. Quería que le quitase su respirador para ponérselo al joven policía que había ingresado. Mi respuesta fue un rotundo NO. Ella me razonó que no tenía a nadie, que era mayor y si sobrevivía nadie la estaría esperando y que a nadie le iba a importar si moría o no. Pero ese policía tenía dos hijos pequeños que se criarían sin padre y no podría vivir con eso. Volví a negarme con lágrimas en los ojos. Antonia me cogió la mano, me entregó una carta que había escrito y me dijo "dásela al joven policía cuando se recupere".

Le desconectamos la máquina a Antonia y en cuestión de horas estaba muriendo. Sus últimos momentos los pasé con ella, no iba a dejar que se fuese sola. Entre la agonía pude ver una mirada de gratitud que solo pude responder con un beso en sus manos... Con el corazón partido por su muerte salí de su habitación. Desde la puerta pude ver al joven policía y como su estado iba mejorando por momentos. En unos pocos días tendría el alta. Me acordé de la carta de Antonia y la abrí. Sólo había una frase escrita "vive esta nueva vida como un regalo. Haz que merezca la pena".

Sentado en el sofá de mi casa no podía desconectar de mi trabajo. Miraba la TV y hablaban del fútbol que no se jugaba, de políticos incompetentes que solo pensaban en mejorar su imagen y de lo mal que lo estaba pasando la gente encerrados en sus hogares. Sin ser conocedores que hoy había muerto una verdadera heroína sin capa.  

Un nuevo día, una nueva jornada de trabajo  agotadora...


viernes, 24 de abril de 2020

Dulce batalla

Sinceramente, nunca supe cómo llegamos a esa situación. Cada uno en una esquina y rodeados de odio. Sabíamos que aquello no acabaría ahí, pero estábamos condenados a entendernos.

No era capaz de pensar en mis actos, de verme desde fuera y analizar mis palabras. El orgullo tapaba mi visión y solo podía ver el rencor que el escozor de aquella herida me había provocado.

Era inevitable cruzarse por el pasillo. Era impensable un gesto amable o una mirada cómplice. Era mi enemigo número uno. Sin evitar el contacto, chocamos nuestros hombros con violencia. Miradas inyectadas en sangre.

Sin saber de dónde salía aquella energía tan intensa, rodeé su cuello con mis manos y empujé hasta que su espalda tocó la pared. Mis labios se acercaron a los suyos como si de un golpe se tratara y empezamos una guerra.

Me separó de ella y su mano cruzó mi cara, me agarró de la ropa y me volvió a besar con mucha fuerza.  Nos arrancamos la ropa y  nos impusimos el uno al otro mil veces.

Usé mis dedos y mi lengua para castigar su osadía. Copió mi sistema. Con el cuerpo y el alma desnudos, puse su cara contra la pared y entré en ella, consiguiendo un coro de gemidos imposible de callar. Me gustó cuando tomó las riendas y el suelo fue mi lecho. Pocas veces habíamos explotado al mismo tiempo. Pocas veces habíamos disfrutando tanto.

Jadeando, nos miramos a los ojos. Ya no había rencor en ellos. "Espero que hayas aprendido la lección" me dijo y los dos reímos. Nos abrazamos, nos besamos y así terminó la batalla con mi peor enemigo, con el amor de mi vida.

miércoles, 22 de abril de 2020

Arruga en el corazón

Tengo una arruga en el corazón que me recuerda todo lo que he vivido, todo lo bueno y malo que ha latido.

A veces siento que vivimos en universos paralelos. Cuando yo sonrío, él se acelera. Cuando yo me pongo en alerta, él para sus latidos. Cuando te quiero olvidar, él susurra tu nombre.

A veces usa mis labios para hablar de experiencias, para mostrar trampas ocultas que el destino travieso nos pone en el camino.
Para ayudar a otros corazones perdidos en el inicio de la madurez.

No puede evitar que unas lágrimas luchen por salir cuando recuerda las duras batallas que ha vivido. Él es así, fuerte pero sensible. 

Hay veces que los sentidos se distraen y vagan por fantasías cuando están rodeados de desierto. Otras veces sienten miedo cuando la vida invita a volar, jugar y recuperar a ese niño que un día fuimos. El corazón ha aprendido a vivir cerca de la sensatez y pone orden en la locura y locura en el tedio. 

La memoria recuerda experiencias y señala caminos no escogidos. Pero el corazón nunca se arrepiente de la decisión que tomó, porque lo hizo con la bondad que lo inunda.

A veces toma decisiones que lo hieren, pero siempre ha mirado más allá su bienestar. Las heridas que más duelen son las que se llaman cobardía.

Luchador incansable está conectado con los corazones a los que ama. Sintiendo su dolor cuando sufren y viviendo con una mano siempre extendida por si lo necesitan. 

Tengo una arruga en el corazón con la mirada cada día más cargada de sabiduría. Pasa y hablamos.


martes, 21 de abril de 2020

Entregado a ti

 Robaste mi corazón en el mismo instante que te vi cruzar la puerta. No puse resistencia, hipnotizado por ese universo que encerraban tus ojos solo supe admirarte desde mi rincón.

Sentir que mi corazón rompía sus cadenas la primera vez que pronunciaste mi nombre, para luego oírlo crujir como un cristal cuando me hablaste de nuestra amistad.

No te podía querer más y tú solo me querías acunar como un hermano pequeño. Rendido a tus encantos no me podía imaginar haciendo lo que más necesitaba.

Te quería regalar la luna envuelta en un manto de mis lágrimas y tú solo te imaginabas volando en brazos de alguien que no te miraba.

En mi pedestal inalcanzable, veía volverte humana cada vez que le hablabas. Reprimir las ganas de abrirle los ojos y enseñarle que estaba delante de un ángel, hacerle ver tus preciosas alas.

Cada lágrima que llevaba su nombre caía sobre mi alma como una pesada losa y  no me dejaban dormir. Soñar que me mirabas como lo miras a él, iba a guardar  todo mi amor en tu corazón.

Mirar cómo lentamente te alejas de mi en otros brazos que solo quieren jugar contigo. Has preferido subastar tu cuerpo a entregarme tu corazón. Como el que siente que muere una parte de él, te digo adiós sabiendo que te harán sufrir.

Sé que volverás a mí lamiendo tus heridas. Pero ya no estaré ahí para calmar tu corazón. Aprendí a valorar mis sentimientos y gracias a ti, he encontrado mis valores.


La nueva

Nunca de un accidente salió algo tan bueno. Amor a primera vista, sabes que cambiaste nervios por paz en corazones ajeno.

La bondad te bendijo y la inocencia te vistió. Arrinconaste la maldad plantando valores que fueron su cárcel.

Tu sonrisa era un concierto y nosotros tus fans incondicionales. Mejoraste cada minuto de nuestras vidas con tu aroma puro.

Toreaste la envidia y la inseguridad secuestró tus ojos. Nunca hubo nada más bello con tantos defectos imaginados.

La vida te golpeó duro donde más duele. Diste una lección de entereza e hiciste un máster de madurez. Poco a poco, escalón a escalón, fuiste sujetando los cimientos de algo que se estaba cayendo. Sin ti solo seríamos escombros.

Mejoras nuestras vidas con tu sola presencia y nunca he echado tanto de menos fastidiar a alguien. Con paso firme saliste a la jungla diaria que domaste con tu corazón puro.

Tu semilla copió tu sonrisa. Convertida en un bicho es imposible decirle no. Acabará con nosotros y lo consentiremos.

Gracias por compartir tu energía cada día. No me imagino una vida sin ti. Si pudiese elegir a alguien para que fuese eterno, sin duda, te elegiría a ti. Solo pido que te cuiden y te traten como te mereces, pues eres mi tesoro y siempre te protegeré.




domingo, 19 de abril de 2020

Susurros del alma

Los brazos me pesan como columnas y en la cabeza miles de pájaros revolotean. Sin nada que agarrar acaricio el aire entre mis dedos.

Morir unos días atrás y resucitar siendo otra persona distinta. La magia del "no cambiarás" llevada a juicio. Como brilla la armadura de valentía. Cuantos nervios esconde debajo.

Sentir que realmente se puede, ahora que corro, recuerdo cobardes mis primeros pasos. Pero antes de volar, hay que aletear.

Agarra mi mano, yo ya he pasado por aquí. Sentirás que te hundes, sentirás que no puedes. Pero es tu mente la que dibuja cuadros de miedo porque realmente tú no te mueves.

Abre los ojos y mira el paisaje. El viaje hay que sufrirlo y disfrutarlo a partes iguales. No tiene sentido acariciar tempestades y morir en amaneceres. No conozcas solo lo que te disgusta, a veces olvidamos lo que nos llena de energía. 

Despídete del vacío, pues de ahí provenimos. No mires al frente, el cielo es tu destino. No tengas miedo de dar un paso atrás, siempre se necesita impulso. Y no lo pienses más... Vuela. 

Conversaciones internas

- ¿Qué te pasa, por qué lloras?

- Me han robado los sueños. Los tenía ahí guardados y alguien se los ha llevado. Los sueños de toda una vida...

- Pero eso es bueno. Tener un sueño durante mucho tiempo te contamina y frustra por no poderlo conseguir. Abre las ventanas y ventila tu habitación de los sueños. Cambia el enfoque y vuelve a empezar. 

- ¿Qué te pasa, por qué no sonríes?

- Alguien ha venido y me ha dado malas noticias que me han arrancado la sonrisa de la cara. 

- Eso nos pasa a todos. No siempre vamos a sonreír, pero pronto volverás a hacerlo y lo harás con el corazón porque has aprendido a valorar lo que cuesta una sonrisa. 

- ¿Qué te pasa, por qué no estás alegre?

- La tristeza ha llamado a mi puerta y no sé cómo decirle que se vaya. 

- No es bueno estar siempre con la tristeza o con la alegría. Debes juntar a las dos, que se lleven bien y así complementar tu vida. Será una buena consejera

- ¿Qué te pasa por qué estás solo?

- La soledad me ha rodeado y no veo a nadie.

- La soledad es caprichosa y puede ser un buen amigo o el peor enemigo. Si estás rodeado de gente el ruido no te dejará escuchar tus pensamientos. Quizás te ayude a conocerte a ti mismo y encontrar a la amistad que realmente necesitas. 

sábado, 18 de abril de 2020

Sin filtro

Eres una espina con rosa. Un veneno con un dulce perfume que te engancha. 

Tu mente es una precisa máquina de cálculo que solo sabe ver proyecciones inventadas. Tienes la cualidad de observar solo lo negativo en lo más positivo. 

Tu ofensa es muy frágil y tu castigo desproporcionado. Aprendiste a hablar muy pronto pero olvidaste la palabra perdón.

La vergüenza es un telón que tapa tus ojos. Una bomba de relojería cargada con palabras que duelen. Aunque no quieras creerlo.

Tienes buen corazón y la paciencia te inunda. Pero en el cambio de camino te perdiste y no quieres aprender a volver. 

Tu lucha interna te hace pedir ayuda con tus acciones pero apuñalas a quien se acerca con tu lengua. 

Tienes un tesoro precioso en todo pero lo escondes. Nadie quiere más que una madre y tu siempre ha sido superlativa.

Arrepentida de cada instante importante de tu vida sabes que lo volverás a estar cuando la vida siga su curso. 

Colmada de besos y abrazos siempre te has sentido abandonada. Te repudias en una esquina. Hablas de amor sincero a quien más maltratas, a quien más te ha amado y te amará.

Siempre has tenido muletas para andar aunque nunca las has querido. Abrazada por el amor incondicional ignoras lo que es. Abre los ojos de una vez y mira la cantidad de manos que te quieren ayudar.


jueves, 16 de abril de 2020

Volverte a ver

Aire que no entra en mis pulmones, sensación de claustrofobia. En mitad del desierto me siento encerrado en la prisión que son mis costillas. Supe que no había solución cuando ya estaba todo hecho. 

Salté el silencio que nos envolvía y con fuerzas renovadas abracé tu alma que suspiró su dolor en mi oído. Sentí caer el plomo que el rencor había generado y echaste a volar como tantas veces habías soñado. 

Con los brazos extendidos, encojo mi corazón para sentirlo en mi pecho un instante  más antes de que te lo vuelvas a llevar. Ha sido largo el camino sin ti. 

Déjame espacio que te quiero sentir. Camina unos pasos que mis ojos se quieren bañar con tus movimientos. Reverencia a todo lo que eres y representas. Mi sueño sin restricción 

Me encontré en tu interior y al fin sé quién soy. Un soñador que un día dejó de soñar. 

Veneno en las venas

Salió de casa con una sonrisa oscura dibujada en su cara. Encendió un cigarro y miró a su alrededor, le gustaba saber qué le rodeaba. Inició la marcha con paso firme. Mirada el frente y energía positiva que podía sentir entre sus dedos.

Sangre oscura recorría sus venas. A veces sentía que perdía el control cuando se cabreaba y, aunque no era el más fuerte, sí era el más respetado.

Le gustaba oler el miedo en los demás. Con la barbilla mirando al cielo, saboreaba el momento de superioridad que eso le generaba.

Jóvenes de 16 años eran su presa favorita. Inocentes que se creían mayores queriendo jugar a un juego peligroso. El veneno que les vendía le destrozaría la vida a más de uno. Pero él solo quería sentir el tacto de un fajo de billetes en el bolsillo. El remordimiento lo había ahogado en la bañera.

Aquél era su territorio y no era la primera vez que tenía que usar su arma favorita para defender sus fronteras. Odiaba mancharse de sangre ajena, pero no dudaba en hacerlo ante la más mínima ocasión.

Le gustaba adulterar la mierda que vendía con productos de todo tipo. Unos gramos se convertían en un kilo de forma sencilla. Nunca pensaba en la salud de sus clientes. No miraba las caras, solo quería números.

Un día volviendo a casa después de haber vendido toda la mercancía, se paró en una obra y por dentro se empezó a reír de los estúpidos que tenían que madrugar y trabajar duro para cobrar una cuarta parte de lo que él conseguía. Emprendió la marcha y se cruzó con un despojo humano que se tambaleaba de un lado a otro. Con la firme intención de que no le rozase su preciosa chaqueta de cuero, lo fue a esquivar cuando una certera puñalada le atravesó el corazón. Cayó redondo al suelo ya muerto.

No le dio tiempo a ver que le había apuñalado uno de sus inocentes clientes al que hacía años le había destrozado la vida. Sin nada que perder quiso impartir la justicia que las leyes no podía.

Así acabó la vida de un ser lleno de maldad que siempre quiso vivir por encima de la sociedad. A veces se toma su tiempo, pero la vida acaba sirviendo a cada uno la ración que le corresponde.




martes, 14 de abril de 2020

Con la luna en la mirada

Otra noche más sale a la calle donde una farola es su puesto de trabajo. Había dejado en su casa el orgullo y sus valores. Se concentró en olvidar el frío que tensionaba sus músculos. 

Tapando lo justo de su cuerpo empezó a vender la mercancía que le haría  ganar dinero. Mucho o poco, dependería de lo bien que vendiese su alma.

Algunas veces se sorprendía nadando en los recuerdos de su adolescencia. Cuando la felicidad adornaba su rostro y el futuro le pertenecía. 

Un coche esconde unos ojos devoradores que quiere comprar su cuerpo por unos minutos. Se sube y el asco impregna sus sentidos. Cierra los ojos y piensa en sus hijos que duermen sin sospechar. El olor es grotesco, pero no más que el sudor que gotea en su cara. Un par de veces tuvo que aguantar las ganas de vomitar. Ya casi no llora mientras una lluvia blanca baña su cuerpo. 

Llega a su casa sintiéndose derrotada. Las lágrimas han quitado gran parte del maquillaje y una ducha limpia su cuerpo, aunque su alma es lo que más sucio siente. Entra en el dormitorio donde dos ángeles sueñan. Mañana volverá a salir a esas calles por ellos, por su futuro. 

Acostada en su cama no recuerda la última vez que la besaron, o le dieron un abrazo, o un te quiero susurrado le produjo en escalofrío. Se envuelve con sus brazos para sentir algo de calor.  Cada noche pone su vida en riesgo, la idea de dejar sus hijos huérfanos le atraviesa el corazón hasta que, rendida, se queda dormida.

Otra noche más sale a la calle donde una farola es su puesto de trabajo...

Ladrón invisible

Me lo has quitado todo. Como un ladrón invisible me has desnudado y solo me has dejado los miedos.

Me has robado los primeros rayos del sol de primavera y los lejanos atardeceres detrás de aquella colina. 

Me has robado mi semilla dejándome encerrado entre cuatro paredes donde oigo el eco de mis pensamientos.

Me has robado mis salidas de emergencia. Mis formas de evasión que me permitían renovar pensamientos. Ahora solo respiro el humo contaminado que yo mismo genero. 

Me has robado mi familia. Grupo social de referencia del que me has arrancado sin poder decir adiós. La gente que quiero están encerrada en una caja inteligente de cinco pulgadas de donde no las puedo sacar.

Me has robado los abrazos sinceros dejando un abismo entre la gente que aprecio y yo. La alegría de la amistad que reconduce mi ánimo y me devuelve las ganas de sonreír.

Tu  nombre va acompañado de una corona pero no tienes nada de Real.  Te has llevado tanto de mi que me has dejado vacío, ahora solo me queda la reconquista



lunes, 13 de abril de 2020

Hielo y fuego

Un goteo incesante de sentimientos me despertó aquella noche. La oscuridad magnificaba la silueta de mis recuerdos y agarrado a la ventana me prometí no volver a caer.

Mis labios preguntan por tu piel pero mi corazón mira las heridas que le dejaste sin ni siquiera saberlo. Intento vestirme de hielo pero al final el fuego por ti vuelve a vencer.

Recorrer un camino sabiendo que voy a perder. Que el dolor será infinito y aún así empezar. Saber que poco será lo aprendido y mucho lo sufrido y aún así no dudar en arrancar. Pongo mis venas a tu disposición.

Egoísmo en estado puro solo quiero mirarme a un espejo sin necesidad de sentir lástima. Una pena envolvente a la que me abrazo y con la que me duermo.

Aullar tu nombre sin luna busco mi camino sin estrellas. Como un ciego que siente el gélido aliento del abismo. Ya todo da igual, la decisión está tomada.

Adiós triste habitación. Salgo para no volver en este estado. Guarda mis secretos y esconde mis llantos. Le he dado el alta a mi corazón y ahora necesito sentir. Mi lucha interna ha terminado y he decidido que quererme, es lo menos que puedo hacer.


Eterno

Los dos hermanos se llevaban apenas un año de diferencia. Los dos habían recibido la misma educación pero eran totalmente diferentes. Alegre y risueño uno, serio y pensativo el otro.

El menor de los dos pronto desarrolló una malsana obsesión por la inmortalidad. Investigó e investigó y siempre llegaba a la misma conclusión. No se puede ser inmortal. 

El mayor le decía "si haces lo mismo que yo, conseguirás ser inmortal". Pero estaba todo el día con sus amigos, o se iba a ayudar a gente mayor, o se encerraba a estudiar para sacar las mejores notas en clase. "¿Cómo demonios iba a ser inmortal haciendo lo que todos hacen?" Pensó el pequeño. 

En una ocasión, salió un artículo sobre un monje que había descubierto el secreto de la inmortalidad en las lejanas montañas del Tíbet. Nada más llegar allí, el pequeño descubrió que había sido un engaño de la revista ya que no existía dicho monje y nadie de la revista había visitado el lugar. Con cada decepción de volvía más hosco y se alejaba cada vez más del mundo.

Los años pasaron tan rápido. Sentados en el patio del geriátrico le preguntó el hermano mayor al pequeño:

- Hermano ¿Por qué quieres ser inmortal? Has desperdiciado una vida en ser eterno. No te he visto disfrutar ni un solo día. ¿Que ibas a hacer si fueses inmortal? - el hermano pequeño agachó la cabeza derrotado y preguntó. 

- Una vez me dijiste que si hacía lo mismo que tú sería inmortal, sin embargo aquí estás, marchitándote como yo. ¿Te reíste de mí?

- No hermano, no me reí de ti. Yo ya soy inmortal. He ayudado a todo el que he podido desde muy pequeño, por lo que esa gente y sus familiares siempre hablarán bien de mí. He sido el único presidente del país querido por todos, por lo que saldré en los libros de historia que luego estudiarán los pequeños. Le han puesto mi nombre a una de las calles más importantes de la ciudad, por lo que los turistas que vengan a visitarnos pronunciarán mi nombre... Ya ves hermano, me seguirán recordando más allá de mis hijos y mis nietos. Ya soy inmortal. 

El hermano pequeño sonrió con la mirada llena de ilusión. El mayor preguntó de qué se reía a lo que le respondió "yo también soy inmortal, siempre seré el hermano de uno de los mejores hombres que ha dado esta ciudad".



domingo, 12 de abril de 2020

Miradas en el espejo

Mis ojos hace tiempo que no disfrutan de tu presencia  y mis oídos de tu lenguaje. Pero sé que cuando te vuelva a ver será como si no te hubieses ido.

Conexión profunda que se ancla en mi corazón, cierro los ojos y siento tus latidos. La distancia es solo otro obstáculo que la vida pone para divertirse.

Recuerdos que navegan hasta el presente y una sonrisa ladrona escapa de mis labios. Nunca pude leer en el futuro pero sabía que serías especial en mi vida.

Como una gota de agua que se divide al caer. Dos mitades de un solo ser que tienden a encontrarse  para poder completarse.

De todos los caminos posibles he escogido en el que apareces tú, y siempre juraré que sin ti no habría llegado a ser la persona que soy.

La vida es difícil y el camino oscuro, pero tengo tu sabiduría por arma y tus ojos para alumbrar. Imposible que pueda perder.


sábado, 11 de abril de 2020

Y la cordura se escapó

La última vez que lo vi llevaba una sonrisa en la cara que adornaba con una canción. Era la definición pura de la felicidad.

Saltó aquel charco, escaló aquella roca y desde lo alto gritó todo lo fuerte que sus pulmones le permitieron. Desde allí saltó sobre el charco que antes había esquivado y se puso a bailar.

Nadie se atrevía a preguntarle qué le ocurría por si la locura habitaba en él. Pronto un coro de gente aplaudía su baile contagioso, y los pequeños bailaban a su alrededor.

Cansado y sin apenas aliento dió las gracias a todos por sus aplausos y siguió ese sendero. No lo hemos vuelto a ver. ¿Puedo preguntar quién es y qué le ocurre?

Se llama Cordura. Es sensato y nada soñador, estable y cauteloso rige nuestras vidas y toma las decisiones más difíciles para guiarnos.

¿Y qué le ha pasado?

Se ha enamorado...


viernes, 10 de abril de 2020

Mi espina clavada en el corazón

Te odio, porque tuve que aprender a madurar yo solo. Teniendo que enfrentarme a la jungla de la vida sin un referente, me sentí devorado.

Te odio, porque me invadió un sentimiento de abandono infinito cuando te fuiste de mi lado y de nada sirvieron mis besos, mis abrazos y decirte que te quería.

Te odio, porque me sentí una figura de porcelana que se rompía delante de tantos ojos ajenos. Lágrimas que dejaron un surco en mi alma, ya no puedo llorar más.

Te odio, porque cada día tu recuerdo se planta delante de mis ojos y me apuñala el corazón. Encogido solo busco estar solo.

Te odio, porque apenas recuerdo tu voz y tu olor y me siento culpable. El sentido de tu tacto es lo que más me duele haber perdido.

Te odio, porque sé que a veces no me porté bien contigo y no me diste la oportunidad de redimirme. Ahora que no te lo puedo decir, te quiero pedir perdón.

Te odio, porque no dejo de llorar mientras escribo ésto y ya no sé qué demonios hacer para superar que no vas a regresar.

Te odio, porque no te voy a poder presentar a mi hijo. La imagen de verte jugar con él me roba una sonrisa con un poso de tristeza.

Te odio, porque una fría piedra de mármol se convirtió en un muro infranqueable entre tú y yo. Y ya sólo puedo verte en un trozo de papel donde nunca envejeces.

Te odio porque te quiero con toda mi alma...


jueves, 9 de abril de 2020

Abra cadabra

El joven mago nunca supo mentir. Por eso, cuando le preguntaba cual era el secreto de sus trucos no podía evitar decir la verdad.

Todos sus compañeros de profesión le daban la espalda y no le querían enseñar trucos nuevos así que el joven mago cada vez tenía menos trabajo.

Un día empezó a actuar en la esquina de la vieja calle que llegaba hasta palacio real. Ojos curiosos de niños sorprendidos empezaron a observar los trucos del joven mago. Pero aquello duró poco, ya que los padres también de acercaron y la burla sustituyó a la sorpresa.

El primer tomate que le lanzaron le hizo daño en un ojo, pero más le dolió el orgullo al ver los dedos apuntando hacia él y las carcajadas ofensivas que continuaron.

No pudo reprimir las lágrimas y un deseo de abandonar aquel reino se encendió en su interior. Pero pronto todo el mundo se cayó y se abrió un respetuoso pasillo por el que una figura gallarda se acercaba ante él.

"Hola joven mago". Escuchó que le dijo con una voz grave pero dulce. "He visto tu número de magia y me gusta mucho cómo lo haces y cómo entretienes a los niños. Quiero contratarte como mago real para que actúes delante de los niños de la corte".

Una oleada de sorpresa recorrió a la muchedumbre que poco antes se había estado riendo. El joven mago levantó la frente con orgullo y aceptó el trabajo ofrecido.

Así que ya sabéis amigos. No importa que se burlen de lo que te gusta hacer en la vida si es tu pasión y lo que realmente te gusta. Porque quizás no es que no sepas hacerlo, es que no actuas delante del público adecuado.

martes, 7 de abril de 2020

Negativamente positivo

Aún no recuerdas cuál fue la chispa que lo inició todo, solo sabes que ya nada es igual que antes. Miras tu rostro, tus manos, tu cuerpo. Parecen los de siempre pero no los reconoces. En qué demonios te has convertido.

Viajas al rincón de la memoria donde archivas los recuerdos y un baño de inocencia inundaba tu rostro. Con ideales claros y bien plantados te movías por la vida como si flotases.

Miras con los ojos del presente y un manto de oscuridad abriga tu imagen. Apenas hay sonrisa y los ojos que antes miraban al cielo, solo pueden mirar al suelo. Tus movimientos torpes sobre el fango no te dejan avanzar.

 El alma te pesa y la arrastras por tu sendero. Quizás equivocaste el camino, pero ya no puedes volver atrás. No te quedan armas para luchar, pero la batalla no ha terminado.

Quítate la pesada carga de lo que fue y de lo que podría haber sido. Sé consciente de lo que eres y deja de sufrir por imágenes idealizadas que te roban el sueño. Aleja tus odios de notas negativas y arrímate a la alegría.

La vida es maravillosa y cada día es un enigma que debes descifrar. No te acuestes sin sonreír  y torea el veneno negativo que te escupirán. La felicidad no viene sola, pero cuando llega es para quedarse.

Ladrona de besos

Tan solo necesité el tiempo que tarda una mariposa en aletear sus alas para darme cuenta que ese día lo iba a recordar toda la vida.

Congelé  mis latidos y escondí la respiración mientras saludaba sin rencor el escalofrío incesante que moraba por mi cuerpo.

Con mi mano aún levantada y mis labios con el sabor a coco de los suyos empezé a sentir que subía un escalón importante en el proceso inevitable de maduración.

Una canción sonó en mí cabeza las horas siguientes. Consciente de que el amor de mi vida no estaba en esa habitación,  me gustó que fuese ella, de cabello color amanecer, la ladrona de mi primer beso.

El cariño inocente de un tierno inmaduro se acomoda en mis recuerdos al revivir la sensación de sentir una lengua intrusiva en mi boca. Toda una experiencia digna de contar.

Muchos años han pasado y aquel beso sigue robado. Otros mejores han venido pero el honor de ser el primero fue el que me dio aquella tarde de junio la ladrona de besos.

lunes, 6 de abril de 2020

Lección de vida

- ¿Por qué tienes tantas cicatrices?

- Porque la vida no es sencilla. Pone pruebas que tenemos que superar para así hacernos mejores y más fuertes.

- ¿Te duelen?

- No, ya no. Se han convertido en recuerdos que visito cada vez que se me olvida cómo he llegado hasta aquí.

-¿Quién te las hizo?

- Ya no lo recuerdo porque no hay que vivir con rencor. Cada persona que se cruza en tu camino será por y para algo. No importa quién, lo que importa es para qué está ahí.

- ¿Tú has dejado cicatrices?

- Sí. Pero solo las necesarias. Así, cuando haya pasado el dolor y vaciado el rencor, agradecerán la lección aprendida.

¿Y yo tendré cicatrices?

- Sí. Y debes alegrarte por ello. La vida está para ser vivida y conlleva unos riesgos que no te costará pagar.

- ¿Y si me hacen una herida y me duele, cómo sé como debo actuar?

- Es difícil porque el dolor no te deja ver con claridad y ensucia tus sentidos. Mantén la calma y encuentra el sentido de aquella herida.
 Respira profundo y escucha dentro de ti. No te dejes llevar por el instinto, a veces es traicionero.

- ¿Cuándo dejaré de aprender?

- Nunca. En este mismo instante estoy aprendiendo de ti. De lo maravillosa que es la inocencia y la energía tan pura que tienes. Si alguna vez crees que lo sabes todo, mira tus cicatrices. Ellas opinarán lo contrario.




domingo, 5 de abril de 2020

Valora la inteligencia no la apariencia

Como cada mañana, los pequeños huérfanos de la ciudad acudían a la puerta de la parroquia para que el viejo párroco les lanzase unos mendrugos de pan duro.  No había para todos así había que ser rápido y hábil.

Pedrito era el huérfano más inteligente,  pero también el más pequeño de todos. Por mucho que intentaba saltar nunca cogía un mendrugo de pan y siempre tenía hambre. "¿Cómo voy a crecer si nunca como?" Se lamentaba.

Un día se cruzó con un chico con el uniforme de una prestigiosa escuela llorando con un libro en la mano. "¿Qué te pasa, por qué lloras"? Preguntó Pedrito. "No sé hacer estos deberes y mi papá me va a castigar". Pedrito miró aquella hoja llena de números y enseguida se puso a escribir como un loco. El niño, agradecido al ver los deberes hechos, le regaló el bocadillo del recreo que no se había terminado. Así empezó una bonita amistad que duró muchos días.

Hasta que el padre de aquel niño, sospechando que su hijo no era tan listo como para hacer esos deberes tan complicados solo, lo empezó a seguir y pronto descubrió la verdad. "¿Qué está pasando aquí?" Preguntó consiguiendo que los pequeños reaccionasen con un respingo del susto.

Puesto al tanto de la inteligencia de Pedrito, el padre del niño decidió llevárselo a su casa y que viviese con ellos. También le pagaría los estudios. Tal fue el potencial que le vio.

Pasaron los años. El hombre envejeció con una nueva enfermedad que nadie conocía y de la que varias personas ya habían muerto en el país. Pero en esos años, Pedrito había seguido estudiando y había conseguido convertirse en el mejor científico del momento e inventó la vacuna que curaría al hombre que le había salvado la vida siendo un niño.

Pedrito no podía sentirse más reconfortado. Aquel hombre había hecho tanto por él que se sentía pleno de poder haber podido pagarle una parte de la deuda que sentía que tenía con él.

sábado, 4 de abril de 2020

En las cruzadas

Sin nada que perder me alisté como voluntario para rescatar a tu corazón de la tormenta diaria en la que vivía. Cuánto dolor disimulado.

Luché, vaya si luché. Tus defensas reaccionaban sin contemplaciones y yo solo te quería acariciar. Cada día rompías mis escudos y derretías mis armaduras. Pero no me iba a rendir.

El desánimo me susurraba al oído si merecía la pena tanto sufrimiento, pero él no te miraba con mis ojos, no veía la luz que habitaba en ti.

Te acostumbraste a mi presencia y como un caracol me colé por los resquicios de tu corazón de acero. Poco a poco conseguí adentrarme en ti hasta que dejaste de verme como una amenaza.

Aún recuerdo el primer abrazo que te di. Firme como un árbol empezaste a relajar tus músculos y lloraste al sentirte débil. El dolor se fue derritiendo y, como si de un río se tratase, salió de tu cuerpo.

No quiero que me agradezcas nada porque no lo hice por ti. Solo rescaté a mi corazón que decidió vivir contigo.

viernes, 3 de abril de 2020

La alucinación de Morfeo.

Empezó como un susurro casi inaudible. Una ligera brisa agradable que acariciaba mi piel de forma intermitente y la envolvía.

Sabor cada vez más amargo que escala por mi garganta y se hospeda en mi boca. Mis fuerzas cada vez más distraídas y la verdad escondida donde nadie puede verla.

Sentirse agotado después de tanto descansar. Es la melodía que baila la depresión coreada por las lágrimas.

Rodillas manchadas de barro y mirada al cielo anhelando las vistas que un día mis retinas guardaron en una preciosa caja en mis recuerdos.

Fuego que nace de dentro. Discusión con el reflejo del espejo y cambio de piel. Todo tiene que cambiar, todo va a cambiar. 

Mirada salvaje, puños apretados. Soldado preparado para el combate, mi mayor enemigo soy yo. Coronado como nuevo rey, disfruto de mi victoria y me presento al nuevo YO. Más justo, más sabio, más parecido al hombre que un día un niño inocente imaginó.



miércoles, 1 de abril de 2020

Entre bambalinas

Adrenalina que hormiguea los dedos de las manos y provoca en tu cuerpo un ligero baile que denota el nerviosismo que te inunda. Miles de veces has estado en esa misma situación pero la sensación no madura con los años.

Mirada al frente con la mente separada del cuerpo y los ojos fijos en un punto infinito del universo. Última revisión del equipo, último calentamiento de voz y todo listo para vaciarte encima de unas tablas. 

Esa es tu señal y una descarga recorre todos tus músculos y se esconde en tu mirada. Agarras el micrófono con firmeza y las notas empiezan a explotar en tu garganta. Es tu momento, es tu sueño desde que eras pequeña y todo lo vas a dar.

Ojos como estrellas te contemplan. Los ves disfrutar y un escalofrío escala por tu espalda. Eres origen y creadora de ese momento y la emoción te viste. 

Todo ha terminado pero la energía aún te persigue. Ganas de saltar,de gritar. Has disfrutado como siempre y es hora de celebrarlo. Otro día será el elegido para revisar los errores. 

Miras a la niña que fuiste, la que soñaba con cantar y te sientes orgullosa del camino recorrido. Enhorabuena, te has convertido en la mujer que siempre quisiste ser.