domingo, 31 de octubre de 2021

Ensoñación

 Hubo una vez un corazón acorazado, un beso improvisado, un latido que resucitó.

En las marismas acolchadas de un letargo olvidado un gusano escapó. Sin rumbo ni sospecha en una armadura oxidada se coló. Rompiendo rutinas y conciencias. Destrozando pilares y creencias. Nunca se convirtió en quizás, y éste en excepción lógica. 

Manantiales de besos y sonrisas abrumadas por esquejes de miradas. Caricias que sanan heridas delicadas que convierten en real un pasado en letargo. Un olvido inconsciente. Un futuro que perdió el tren. 

Pupilas como agujeros negros. Abandonados en una partida sin guión, en la que desechas la conciencia, la religión y te quedas solo con lo peor de ti. Abrazado a la fe y la suerte, así te encontraron. 

Respiras el vacío que acaricia tu piel. No hay nada más vacío que tú propia sombra. Abandonas el naufragio de tu corazón y comienzas a sonreír pues el círculo se ha roto. Ahora solo queda construir una vida.



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