viernes, 29 de octubre de 2021

La estatua y sus metas

Sentado en la sombra más oscura, al lado del único rayo de sol, intentaba refugiarse de profundos lamentos. 

Una enmarañada capa de ideas untadas con pensamientos aliviadores sirvieron para tapar heridas pasadas, algunas presentes y motivándolo para el futuro. 

Dijo basta tan fuerte y tan alto que solo él lo escuchó. Se puso en marcha tan rápido y con tanta intensidad que ni siquiera se movió. Todo estaba en su mente, ese mundo paralelo que dibuja rastros de un ser al que le gustaría llegar, pero que siempre se escurre entre las rendijas de la realidad. 

Dio un paso muy corto, muy leve. Y sonrió profundamente. Vio que era posible, comprobó que él también podía. Dejó de ser una estatua inmóbil pero con vida. 

Comenzó su viaje, ese que su alma había emprendido hacia lustros. Y siguió indefinidamente moviéndose cada día más y más. Dejó de ser la estatua que paralizaba sus sueños para convertirse en la persona que los hacía realidad. 


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