lunes, 5 de julio de 2021

Te dejo ir

 Cada día recibo el duro golpe de tu recuerdo. Año tras año, incesante, vuelve el desazón de lo incomprendido. De un segundo que giró la vida de muchos y el rumbo de todos. 

Claro que te he llorado, claro que me he desangrado en recuerdos y algún que otro reproche. Claro que lo daría todo porque estuvieras aquí.

 Pero la vida ha seguido y aún siento el peso de tu ataúd sobre mi hombro. He intentado correr una carrera con la enorme piedra de mi dolor atada al tobillo. Tenía el mundo entero para comérmelo y al final he sido comido por el mundo entero. 

Sentía que algo moría en mí si intentaba superar que nunca volverás. Eterno castigo impuesto por mí mismo. Un río incesante que sala mis mejillas y adorna mis escritos con un tinte melancólico que a veces hasta olvido. 

Papá, te dejo ir, te tengo que dejar ir. No puedo seguir viviendo mi vida a través de tu recuerdo. A través de mi dolor. Me he ganado el derecho de ser feliz después de soportar tanta tristeza en mis venas. Prometo dar lo mejor de mí aprendiendo lo mejor de ti. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario