En el silencio de la expectación oculté mi intriga. Ansioso por estimular mis sentidos distraje mi ansiedad fijándome en movimiento ajenos.
Una tras otra las notas comenzaron a caer. Suaves comienzan a mecerse dibujando un paisaje en mi imaginación del que solo yo puedo disfrutar. Maravilloso.
Destreza, silencio, enfado, añoranza... Miles de sentimientos escondidos entre teclas negras y blancas me hablan de lo sublime, de lo único, de un don otorgado solo a los elegidos.
Distraído por la esencia de un precioso momento, una lágrima inicia un camino sin retorno. Un diminuto cuerpo salado cargado de tanto sentimiento que alivia mi pesada carga emotiva. Cuanta belleza en tan poco tiempo.
Todo termina, la euforia continúa unos minutos más. Las palabras se sienten torpes cuando quieren describir un sentimiento tan especial, con raíces tan profundas. Solo un abrazo sincero, un leve temblor en mi cuerpo, puede demostrar que realmente me ha emocionado. Enhorabuena.
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