martes, 1 de junio de 2021

La ermita

Nunca había estado perdido, pero lo necesitaba. Nunca había visto esos parajes, pero no sentía miedo. Nunca buscó la vuelta a casa, sentía que debía estar allí, en el lugar desconocido.

Un débil camino se abría paso entre la arboleda y encontró una ermita muy pequeña y solitaria, pero cuidada. Avanzó hacia ella convirtiéndose en su único centro de atención. 

Una chicharra cantaba de fondo la única canción que conocía, mientras, sus pasos lo acercaban hasta la entrada. Pudiendo tocar la madera recién barnizada de una enorme puerta. 

Una voz se acercó alegre y preguntó:
- Buenos días, qué bien que hayas llegado. 
- Buenos días. ¿Me conoces?
- No tengo el placer. Pero todo el mundo es bien recibido aquí. 
- ¿Todo el mundo? ¿Vienen muchos a esta ermita tan alejada y escondida?
- No, por supuesto que no. Pero los que llegáis es porque realmente necesitáis este sitio, esta energía, este aislamiento. No lo sabéis pero empezáis a buscarla y la encontráis sin saber por qué ni cómo. Tú eres un alma más que necesita perderse en un lugar como éste para volver a encontrarse. 
- ¿Y cómo hago para encontrarme en un sitio que nunca he estado y que no tiene relación conmigo?
- Muy sencillo, siéntate. Cierra los ojos, respira profundo. Enciende cada uno de tus sentidos. Huele el aroma que las plantas te regalan, siente la brisa que acaricia tu piel, escucha las hojas de los árboles jugar con el viento, disfruta del canto de aquel jilguero... ¿A qué te recuerda todo esto?
- A mi infancia. En casa de mi abuelo en mitad del campo. 
- ¿Cómo te sentías allí?
- Feliz y seguro. Podía jugar y divertirme sin preocupación. Y si alguna vez tenía un problema, él siempre sabía qué hacer o decir. Me sentía protegido con él.
- ¿Y si te viese ahora, qué te diría?
- "No pasa nada pequeño gorrión, todo va a salir bien. Todo camino tiene su piedra, pero tú eres fuerte y valiente para saltarla, solo debes tomar el impulso necesario. Lo único que debes tener claro en la vida, es tu objetivo"
- ¿Y tienes claro tú objetivo?
- Sí. La felicidad...
En ese momento sintió un click dentro de su cabeza, como si algo se hubiese encendido y rápidamente abrió los ojos. Miró a su alrededor y allí estaba sentado, encima de una roca, completamente solo y la ermita había desaparecido. No tuvo miedo, solo sentía satisfacción por haberse encontrado mientras estaba perdido. Tenía claro lo que debía hacer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario