jueves, 27 de mayo de 2021

La tiranía del espejo

 Una mañana cualquiera, se miró al espejo y sintió malestar al mirar su reflejo. Algo no le gustaba, algo había diferente. Así que decidió cambiar. 

Cambió su forma de vestir. Ropa radicalmente distinta a su estilo adornaba su cuerpo. Colores fuertes, carne más o menos a la vista... Y se miró en el espejo. Se veía bien, le gustaba como le quedaba. Pero no era eso lo que le disgustaba. 

Cambió el color de su pelo. Con mechas de colores extraños que hacían poder distinguir su presencia entre miles de personas. Un peinado atrevido y diferencial. Se volvió a mirar al espejo y siguió sintiendo que no le gustaba lo que veía.

Se puso pendientes en varias partes de su cara, incluso de su cuerpo. Se pintó cada uña de un color distinto y varios fueron los anillos que adornaban sus dedos. Se miró al espejo y no le gustaba lo que veía. 

Se hizo un enorme tatuaje que cubría gran parte de su cuerpo. La alegría inundó sus ojos al comprobar aquella obra de arte cubrir su piel. Se miró al espejo y no le gustó lo que veía.

Así que decidió quitar el espejo y colgar un precioso cuadro que alegraba sus sentidos cada vez que lo miraba.



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