sábado, 3 de abril de 2021

Al otro lado de mi mano... Tú

 No había nada que produjese una herida más profunda que el silencio entre los dos. Fue atronador. 

No había mayor castigo que enviar sus miradas al exilio. Lejos de los sentimientos cálidos. El frío los envolvió.

No había idioma que consiguiese explicar un sentimiento tan grande y tan vacío. La razón fracasó.

No había segundo que agradeciese vivir ese dolor tan marchito. El reloj lloró.

No había luz en el mundo que fuese capaz de alumbrar la oscuridad enraizada en su corazón. Todo de un mismo color.

No hubo mayor alivio que el reencuentro de dos almas que se necesitaban. Dos labios que se anhelaban. La muerte de la distancia entre tú y yo. 



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