viernes, 23 de abril de 2021

Despídete

 Con la verdad en la mirada, la pequeña Lucía abrazó su viejo oso, con el que había pasado tantas aventuras, y lo tiró sobre el pequeño manto de nieve que cubría la calle. No lloró, no dijo nada, solo se fue. 

El viento gélido acariciaba sus mejillas hasta el punto que le dolían. Pero no dejaba de caminar sin rumbo, sin coherencia. Gritaron su nombre allí, a lo lejos, pero sus sentidos habían quedado congelados como sus latidos. Como el aire de aquella mañana.

Su cabeza quiso deshechar las palabras que le anunciaban la rotura de su vida, la caída de la inocencia. Su cabeza quiso romper con el presente y quedarse viviendo en el pasado de hacía cinco minutos. La noticia de la pérdida de su familia en un grave accidente acabó con su infancia, representada en la feroz caída de su oso a la nieve. 

Lucia no volverá, Lucía no llorará, la pobre Lucía no podrá volver a empezar. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario