jueves, 16 de septiembre de 2021

Aprendiendo a vivir de nuevo

 Había una vez un anciano que cada mañana se levantaba muy temprano, aunque no tuviese donde ir. Se daba un paseo por el barrio antes de que los primeros rayos del sol calentasen las calles, desayunaba en el mismo bar de siempre y se sentaba en el mismo banco a ver pasar la vida ante sus ojos a un ritmo distinto al suyo. 

Para él, la vida empezó a detenerse cuando su mujer se convirtió en un ángel. Y se detuvo del todo cuando sus hijos se fueron al extranjero y solo hablaban por teléfono una vez al mes.

El anciano miró sus manos y se preguntó: "¿En qué momento he envejecido?" Siempre tuvo demasiada prisa pensando en hacer cosas para tener un futuro mejor. Pero el futuro ha llegado y ahora se da cuenta de que lo está dejando atrás. De qué está viajando más allá del futuro. 

Se levantó del banco de piedra y pensó que estaba muy cansado de esperar a que sus hijos llamen, a que llegue el día de mañana para volver a hacer lo mismo de siempre, a que llegue el día de su muerte para poder ver a sus hijos juntos otra vez. 

Así que se fue a su casa. Hizo la maleta y se marchó. Quiso ver mundo ahora que tenía las energías intactas. Visitó primero al hijo que más lejos tenía y le robó todos los besos que pudo al nieto que aún no conocía. Encontró culturas nuevas, comidas deliciosas y experiencias inolvidables. Visitó durante varias semanas a todos sus hijos en países distintos. Y decidió regresar.

Volvía con el corazón pleno de vida y experiencias, sintiendo que era una de las mejores cosas que le había pasado nunca. Entró a su casa y, sentado en su viejo sofá, le esperaba una figura imponente. 

- Hola Pablo. Me alegro de verte - Pablo no sabía quién era, pero se sorprendió porque no tenía miedo ni quiso huir.

- Buenos días. ¿Quién es usted?

- Pues soy quien te va a llevar junto a tu esposa.  Tenía que haberte llevado el mismo día que decidiste cambiar e irte de viaje. Pero esa vitalidad te dio una energía positiva que hizo que retrasase mi llegada. Tengo un mensaje para ti. Tu mujer te está esperando y tiene muchas ganas de volver a verte - Pablo se acercó lentamente a la mesa donde estaban las fotos de sus seres queridos. Cogió una de su difunta esposa, la acarició suavemente con la yema de sus dedos y dijo 

- Quiero a mi esposa con locura y hasta hace bien poco estaba deseando reunirme con ella. Pero ahora mismo no puedo. No pienso seguir encerrado entre las cuatro paredes de mi rutina y quiero seguir viajando y conociendo mundo. Dígale a mi mujer que nos volveremos a ver, pero aún no, estoy ocupado aprendiendo a vivir de nuevo. 

Pablo se despertó sobresaltado en la camilla de un hospital, rodeado de cables y aparatos. Un grupo de médicos y enfermeras lo rodeaban y le explicaron que era un milagro que  estuviese  vivo después del infarto que le había dado. Pablo no dijo nada, pero sabía que tenía una segunda oportunidad gracias a su esposa. Y sintió un calor muy agradable en el pecho al saber que tenían una segunda oportunidad para seguir viviendo y que al final de su camino, le esperaba una persona que lo quería tanto. 







 

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