Siente el aliento de ese deseo que tanto te persigue. Enfrenta sus dilemas y consejos y domestícalo. Vuelve a ser el que reine en tu mundo de fantasía.
Escucha a la naturaleza y su sabiduría. Ella nunca te engañará con murales de caminos que no podrás andar. Pero sé consciente que sus palabras a veces te dolerán, te harán sangrar, pelearán contra tu orgullo que perderá. Pero aprende a simplificar lo que sientes y dejar que el dolor martirice tus sentidos. Te has equivocado, supéralo y sigue.
Déjate de bobadas, si quieres puedes. Sigue tratándote como un niño y cuéntate cuentos con final triste en el que tu enemigo fue la vida. Pero la realidad es una y te has rendido. No has querido y te has hundido, pasando a imaginar lo que podría haber sido y olvidando que esos sueños son las losas que te entierran en tus frustraciones.
Escupe la soberbia que nace de tu orgullo. Aprende a pedir perdón. Deja de envolverte con excusas y supera que has cometido un error. La razón es una modelo fea que podrás disfrazar con miles de atuendos pero que solo está guapa con la verdad.
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