Qué te puedo decir maldito monstruo, que con tu lengua de fuego me has destrozado la vida, has arrancado mis sueños, has acabado con mi futuro.
Qué te puedo decir a ti, belleza destructora, que lentamente avanzas por mis tragedias y quemas los recuerdos de una vida.
Qué te puedo decir a ti, naturaleza indómita, que desangras mi vida convirtiéndola en humo y lava. Ya no me queda nada. Dependo de la caridad de otros corazones para seguir viviendo.
Qué te puedo decir a ti, pesadilla real, que has eyaculado destrucción. Mi única arma para detenerte han sido mis lágrimas, mis gritos desesperados, mi súplicas a un cielo sordo. Y no sirven para nada.
Qué te puedo decir maldito volcán que nunca me devolverás lo que me has robado, mi vida.
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