lunes, 4 de enero de 2021

Perdido

 Lucas ocultó sus miedos tras una densa cortina de falsa seguridad. Con el coraje del débil, la seguridad del derrotado y miles de promesas que el futuro le robará, vagaba por las calles con aire taciturno, sin una estrella con la que hablar.

Pronto se sentó en los restos de lo que un día fue un gran árbol. Se quitó los zapatos y un eléctrico  escalofrío recorrió sus sentidos cuando pisó la hierba húmeda con el rocío de la mañana. 

Una voz sin cuerpo se dirigió a Lucas, el cual buscó sin encontrar. Pensó en la locura como única explicación, pero la voz volvió a resonar. Lucas contestó, sintiéndose loco. Pero obtuvo una respuesta.

- ¿Quién eres? - dijo la cavernosa voz. 

- Soy Lucas. Un joven aldeano que busca a la soledad en este mar de árboles. 

- ¿Y por qué quieres estar solo?

- La compañía me hace daño. No encuentro mi lugar, me siento triste y por eso busco la soledad. 

- Mira estos árboles, la mayoría centenarios. Ellos no han podido elegir dónde nacer, podrán estar más o menos cómodos con la compañía, pero ahí seguirán durante siglos. 

- ¿Y cómo lo hacen? ¿Cómo son capaces de aguantar tantos años en un mismo lugar aunque sientan que no es su sitio?

- Porque ellos, a diferencia de vosotros los humanos, no buscan su sitio comparando su vida con los demás. Sus logros no son tener más dinero, ser más fuertes o más guapos, conseguir un mejor trabajo... Ellos solo se comparan consigo mismo. Cada año intentan crecer un poco más mientras son jóvenes, pero no intentan ser más alto que el vecino, solo intentan ser mejores de lo que eran. Cuando ya no pueden crecer más, intentan crear el mejor y más rico fruto, no saben cómo es el fruto del árbol de al lado, solo saben cómo fue el suyo e intentan que el siguiente año sea aún mejor. Lo podrán conseguir o no, pero esa es su meta. Y al final de su vida, cuando la energía los abandonen, podrán mirar atrás, mirar lo que eran y sentirse orgullosos por ver en lo que se habían convertido y sentirse en paz. No buscarán ser reconocidos, no querrán que los recuerden por encima de otros árboles, solo buscan sentir que han sido lo mejor que podían ser. Así que no busques tu sitio entre un bosque de personas, busca tu sitio donde ha estado siempre, dentro de tí.

Lucas salió de ese bosque siendo una persona nueva. Con una forma distinta de ver la vida. Consiguió ser un hombre de un gran éxito, consiguió ser feliz toda su vida y al morir, fue recordado durante décadas con cariño y admiración. Y lo consiguió porque no se comparó con el resto de la gente, lo consiguió porque cada día intentó ser mejor de lo que era. 




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