sábado, 30 de enero de 2021

Claro que sí

 El silencio me volvió a regalar recuerdos con tu aroma. La tenue luz que abordaba aquella estancia jugaba con mi imaginación y dibujaba curvas geométricas que me recordaban tu silueta. Mis deseos solo conocen un lenguaje, el mismo que lleva tu rostro; el aroma que lo impregna todo.

Todo un universo de profundos sentimientos cautivos en una gota que se deshace en su ínfimo viaje hacia el olvido. Pero nada desaparece, nada regresa. 

Camino hacia la eternidad de lo cotidiano. Hacia lo perenne de lo mundano. Abro las ventanas de lo incierto y el miedo me secuestra, me dibuja calaveras y me vuelvo al rincón donde siempre me cobijo.

Pero nada se vuelve eterno en un océano que se seca. Guardo mis recuerdos allí donde no duelen. Aparto el rencor hacia mi lado más cobarde y comienzo la escalada de lo que ayer parecía imposible. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario