martes, 2 de febrero de 2021

Fuera de lugar

 Quizás una eternidad no fue suficiente. Las líneas de las manos le gritaron un futuro en el que nunca creyó, pero que siempre llega. Quizás quiso rectificar los designios del destino. Ahora que no puede respirar, ahora que se ha ido. 

La luna lo convenció en una osada estrategia, de que su luz nunca de apagó y descubre su grandeza. Las estrellas aplaudieron su entrega sin descendencia. Uno a uno y todo terminó como la llama que nunca fue eterna. 

No te derrames por mí, lágrima de tristeza. Que el camino siempre ha sido para mí la libertad que inunda mis pulmones. Sueña en un mundo ideal, con grandes conquistas; que yo intentaré hacerlas realidad en esta o en otra vida.



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