lunes, 22 de febrero de 2021

Sintió un escalofrío, quizás estaba enamorado

 De las cenizas de un error, a la inmortalidad de un acierto. Del fugaz destello de una estrella que surca el firmamento, a la milenaria visión de un alma recubierta de madera.

Sujetó su alma consciente de que se acabaría escapando. Rodeó a la cordura susurrando las frases que volverían a representar un sentimiento indescriptible. Lanzó una caricia al viento que se alojó en una piel de terciopelo haciendo imposible la conquista del olvido.

Lamentó la muerte de miles de besos en sus labios, y seguía teniendo sed. Sometió sus designios a la tiranía de la fantasía y sonrió ante el imaginario de un doctor chiflado que lo conducía hasta el abismo de los desconocido. 

La muerte lo encontró con una dulce sonrisa. Sintió pena, rezó a la admiración. Supo que estaba en presencia de algo grandioso y dejó que el silencio acompañase el precioso momento conquistado por la vulgaridad.



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