lunes, 15 de febrero de 2021

No se lo digas a nadie

 "Te quiero", le dijo. Pero no obtuvo respuesta. "Te quiero" dijo un poco más fuerte. El silencio lo golpeó fuerte donde más duele, en el corazón.

Al día siguiente volvió a intentarlo acariciando el cristal que los separaba. Sintió su frío, se marchitó con la distancia. Plantó un papel con un precioso dibujo y un "te quiero" pintado bien grande para que pudiese leerlo a pesar de no llevar sus gruesas gafas. Volvió a marcharse sin respuesta.

Incansable en sus esfuerzos regresó ante aquel muro invisible que los separaba. La vio sentada en aquella cama prestada y con una fuerte sonrisa. Se acercó al cristal con aquel extraño pijama bailando al son del viento y posó su mano en su superficie, él hizo lo mismo. Pudo leer en sus labios "te quiero" y él respondió con una lágrima. Luego desapareció. Una mano paterna lo cogió del hombro y le dijo "cariño, la abuela ha muerto y no nos hemos podido despedir de ella"

Nunca lo contó, fue su último secreto. Que abuela y nieto se habían despedido en la más absoluta intimidad. 



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