miércoles, 24 de febrero de 2021

La estrella que vive en mí

Después de mucho caminar, la estrella que guiaba su camino había desaparecido. Miró al cielo insistentemente pero solo veía una oscuridad que todo lo envolvía. Una tristeza con profunda raíz emergió en ese momento. 

Le preguntó a una roca, pendiente del tiempo, si había visto a su estrella. "No puedo ayudarte amigo, soy el único sobre esta superficie que le gana la batalla al tiempo y debo estar concentrado". Volvió a buscar por donde ya había mirado. 

Le preguntó a un viejo árbol sin hojas que dibujaba un paisaje gótico en el horizonte. "Lo siento amigo, no puedo ayudarte, estoy concentrado en volver a tener hojas y poder vestir tan lujoso como cuando era joven". Ansiedad por sentirse tan solo. 

Miró sus manos agrietadas que hablaban de un sufrimiento que lo hacía sentir orgulloso. Miró su cuerpo cubierto de un fijo polvo que demostraba los kilómetros de angustia pero que lo motivaban para volver a hacerlo. Miró su rostro en un pequeño charco y ahí estaba su estrella, más reluciente que nunca. Pero cuando giraba su cabeza al cielo, volvía a desaparecer. Se encontraba en una delgada línea en la que no distinguía la realidad de la fantasía y viceversa. 

- Me encanta tu humildad - dijo una voz que provenía del suelo. Era el diminuto charco que había usado para ver su reflejo 
- ¿Qué ocurre? nunca había estado tan perdido en mi camino. No encuentro mi estrella, pero si miro en tu superficie aparece pero no está donde debería.
- Adivino que llevas mucho en tu camino. Que has sufrido a juzgar por el nivel de orgullo que representas. Y has sido firme pero a la vez justo, a juzgar por la intensidad de tus cicatrices. Pero ha ocurrido algo para lo que no estabas preparado. Has acabado tu camino, has llegado al fin. Por eso tú estrella ha desaparecido, porque te has convertido en la estrella que te guiaba...

Se volvió a mirar en el charco y se reconoció en la estrella que veía. Había conseguido lo que tanto sufrimiento le dedicó. Ahora brillaba con la luz propia que la sabiduría le otorgaba. A partir de ese momento, otros utilizarían su luz para que guiase su camino. Había nacido una estrella. 


 

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