martes, 9 de junio de 2020

Escucha

Sin saber muy bien lo que hacía, empecé a andar. Sin encontrar lo que buscaba dejé de escarbar. Sin una sonrisa en la cara, me sentí alegre. Sin una música que escuchar, empecé a bailar.

La locura nunca estuvo al alcance de cualquiera y es un bien muy preciado para todos los que la critican. Sin más tensión en mis palabras dejé de abatir mis alas. 

Con los dedos intentando tocar algo más allá del aire. Con tu sonrisa oculta detrás de unas lágrimas. Con tu mirada suplicando un acto de valentía. Con frases cargadas de amor que se clavan en mi alma. 

Nunca terminé de entender cuál era el juego. Nunca me ceñí a unas reglas establecidas. En una mano sostengo mi corazón, en la otra el tuyo. Tan cerca pero tan lejos. 

Y mientras escucho el silbido de la estrofa que te susurré, ya te necesito a mi lado. Añoro tus besos en el tiempo que pasa entre uno y otro y jamás me volveré a sentir así. 

No mires el reloj pues el tiempo vuela. Y antes de que se vaya el olor estaré de vuelta.


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