El día de tu nacimiento solo supe llorar de emoción al tenerte por fin entre mis brazos. Tu llanto relajó mis miedos y solo esperaba que terminasen pronto de limpiarte para poder abrazarte y colmarte a besos. Pude escuchar a las enfermeras cuchichear, pero mi atención estaba en ti.
Pasadas una horas, un médico vino a la habitación donde descansábamos y empezó a hablar de que algo no iba bien. No sé de qué demonios hablaba, yo te veía perfecto. Fue la primera vez que escuché hablar del "síndrome de down" y de los "cromosomas". Fue un golpe muy duro, pero eso solo provocó que te quisiera aún más.
Los años pasan y te desarrollas como un niño normal. Con esos ojitos pequeños cargados de un amor infinito. Eres total y absolutamente dependiente de mi. Me colmas de amor, de besos y abrazos y me siento inmensamente feliz. A veces escucho comentarios sobre lo duro que debe ser tener un hijo con síndrome de down. Yo no te cambiaría por nada.
Solo hay una herida en mi corazón y cada año que pasa se hace más y más profunda. ¿Qué pasará contigo el día que yo muera? Cada vez que salimos a la calle me coges de la mano a pesar de superar la veintena, recuerdo la primera vez que te lo enseñé y aun lo sigues haciendo. Si estamos viendo la TV siempre me estás abrazando o tocando con tus deditos alguna parte de mi mano o mi brazo. Me dices que soy la persona más importante para ti... Yo me siento colmada y llena de amor. Pero ¿Qué será de ti cuando yo ya no esté? Me imagino cómo te debes sentir el primer día sin mí, sólo en el mundo y siendo dependendiente de alguien que ya no existe. Sé que nadie te tratará mejor que yo y tú nunca te sentirás tan agusto como a mi lado.
Es una idea que me atormenta y no puedo dejar de llorar. Un ser tan puro y sin maldad solo en este mundo tan cruel. Solo puedo agradecer el haberte tenido a mi lado, el haberme enseñado tanto de la bondad, el haberme mostrado lo que es el amor incondicional y sincero, el decirme cada día de tu vida lo guapa que soy y el no haberme faltado ni un "te quiero" cada mañana...
Y quiero pedirte perdón por mi traición que está por venir y que no puedo evitar.
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