domingo, 21 de junio de 2020

La confianza

Escuchó el tiempo pasar y despertó. La bruma aún enturbiaba sus ojos cuando vio la estrella fugaz cruzar. Se apresuró a pedir un deseo aunque el miedo le arrebató las palabras, fue solo pensamiento. 

Caminó con su calzado totalmente destrozado, sintiendo cada frío charco en sus dedos. Otro día en el que no sabía qué iba a comer. Ayer no lo consiguió. 

A veces se sentaba en una esquina con las rodillas pegadas al pecho y apretando los músculos para intentar controlar los temblores que el frío le provocaba. Se sentía invisible en un mundo en el que todo se sabe. 

Una voz que lo llamó por su nombre lo sacó de su cálidad imaginación. Se presentó como la estrella fugaz y quería concederle su deseo. La incredulidad se interpuso entre los dos. 

- Tu lugar no es este. - dijo la estrella- tu nombre es confianza y has sido engañado y maltratado. Tú que deberías vivir como un Rey, mendigas para poder vivir. Tú que deberías tomar fuertes decisiones, tiemblas de frío. Tú, que eres un pilar importantes en la vida, te mueres en el olvido. Así que te voy a conceder tu deseo. Darte fuerzas para poder volver a tu sitio. Para poder regresar de donde nadie debió arrancarte. 

Mucho tuvo que luchar, mucho siguió sufriendo. Pero por fin la confianza cambió su vida y consiguió cumplir con su destino. Volvió a ser importante y, aunque el sufrimiento nunca desaparece, la confianza siempre trajo tranquilidad. 

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