domingo, 28 de marzo de 2021

Adela y el universo

 Adela siempre quiso sonreír desde el pico más alto de la felicidad. Para ello, no midió los sacrificios ni las heridas. Solo se puso una meta y sabía que la cumpliría. 

El universo, poeta en las desgracias y austero en las victorias, fijó su atención en la pequeña Adela. Esa diminuta osada no iba a conseguir ser feliz sin su consentimiento. 

Miles de golpes recibió la pobre, y una sonrisa siempre amanecía en su rostro. Cientos de zancadillas con sabor a barro le mostraron el duro camino de la vida. Y cada día lo acababa con un baile de alegría por haber tenido la oportunidad de luchar. 

Cansado y desesperado, el universo ya no sabía qué más hacer para vencer a la pequeña Adela, siempre sonriente, siempre hacia delante. 

Ella, lo miró directamente a los ojos y dijo con voz firme y sincera: "Me han dolido tus golpes, me han abandonado las fuerzas. Pero ten por seguro que siempre me tendrás enfrente, tu peor enemiga, porque tengo una meta clara y no me vas a vencer". Adela cerró los ojos esperando el nuevo golpe del universo. Estaba preparada para el sufrimiento. 

El universo, sorprendido, entendió que era el momento de retirarse. De dejar su camino libre. Adela llegó más alto de lo que nunca había soñado. Y no dejó que nadie se lo impidiese.



No hay comentarios:

Publicar un comentario