lunes, 18 de mayo de 2020

Abrazada a la luna

Una dulce sonrisa bañaba su joven rostro. La luna presenció su nacimiento y le regaló la magia de la imaginación. Nunca nadie supo su nombre, pero todos la recordaban.

Quiso llegar a lo más alto, por encima de las estrellas. Siempre conseguía lo que quería, nunca tuvo bastante. Muchas veces tropezó pero siempre se levantaba agradecida por haber caído, más fuerte se hacía.

Su mano siempre extendida para compartir su buena suerte. Sabía que la vida no era justa, y ella había nacido en la hora de las brujas. Lejano queda el recuerdo de los mejores años de su vida. Pero siempre soñaba que su mejor baile estaba por llegar.

Fuerte como un roble, siempre necesitaba un abrazo. Para sacar el veneno más oscuro que nace de las derrotas más crueles. Acaricia el manto dorado que adorna su cabeza, la paz entrará en tu vida ahuyentando negativos sentimientos.

En el día más bonito, en la hora más fea, dijo adiós a su mundo, su destino perseguía. Tantas lágrimas abandonadas con su nombre, tanta tristeza contenida. Siempre hubo vencedores y vencidos, nunca los dos bandos se unirían.

Adiós dulce amiga. No mires hacia atrás, sigue aquella estrella que te guía y busca tu felicidad.

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