Despierto del noble arte de soñar. Energía renovada que silencia las nubes que me perseguían. Sol radiante que me llena de energía.
Ya no tengo nada más que perder. Todo lo he ganado y perdido. Comienzo la reconquista de lo que un día fue mío. Reverencia a mi sacrificio, nunca supe de donde ha salido tanto. Quizás no te merezco, quizás nunca tuve demasiado.
Y sin más sensatez que aquél loco nocturno, mis pasos descalzos saludan al futuro. Ese que tanto temía de lejos, ese al que sonrío de cerca. No me arrepiento de mis actos, pues son solo míos. Ante mí rinden cuentas, yo soy su juez y verdugo.
Hola luna nueva, arráncame del tedio y vuelve a llevarme lejos, donde nunca ha llegado nadie. Ese rincón en mi alma que aún no he explorado, lleva tu nombre tatuado pues es el sentido de mis sueños.
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