domingo, 17 de mayo de 2020

Ya no tiemblo

Un minuto viviendo con miedo es demasiado, y yo llevo años. De nuevo mi boca sabe a sangre, mis ojos están hinchados y ni siquiera sé porqué.

Retorno al pasado y veo su telaraña tejida a mi alrededor. Que torpe fui. Ahora sé que era muy inocente ante tanto mal. Me hacen preguntas para las que no tengo respuestas. 

Encuentro un cofre con mis virtudes en mi interior. Es lo único que no ha podido destruir ese malnacido. Empiezo a descubrir y a recordar. Entiendo que es él el que está vacío por dentro. Que no sabe lo que es el amor y ha utilizado el mío para dominarme. Oigo un crujido, son mis cadenas rompiéndose.

Me planto frente a él con mirada de fuego. Primer golpe certero que ya me esperaba como saludo. Pero no me muevo del sitio: "es lo único que tienes para hacerme daño, pero tus golpes ya no me duelen" le digo mientras avanzo hacia él. Otro golpe mucho más poderoso aturde mis sentidos, pero sigo pétrea: "mírame, ya no tiemblo ante ti, ya no tengo miedo". Él empieza a recular y noto como el miedo habita en él; es un viejo inquilino al que reconozco a distancia. Un último golpe a la desesperada hinca mi rodilla en el suelo. Noto la sangre en mi boca y en mi piel, pero saco fuerzas de donde no las hay y me vuelvo a poner en pie. Lo veo arrodillado en una esquina sin saber muy bien qué hacer, sintiéndose indefenso. Ahora es él el que siente el miedo y la humillación. "Te dejo" le dije antes de dar un portazo que escuchará toda su vida.

Antes era un ave enjaulada con la puerta abierta que no se atrevía a volar. Ahora soy una preciosa ave con alas majestuosas. Voy a curar mis heridas y voy a disfrutar la vida. He vuelto a nacer.


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