miércoles, 25 de marzo de 2020

De frente con la realidad

Los primeros años fueron un goteo incesante y lento de espinas que una tras otra herían mi alma. Maquillado con dolor iniciaba el nuevo Yo su andadura por el viejo mundo.

Me cuesta creer que lleve 15 años sin darte un beso, sin desearte buenas noches.  Cada día imagino que caminas a mi lado, que eres mi apoyo en la sombra ¿estás  orgulloso de mí?

Nuevas caras que añadir a la familia.  Nuevos cascabeles que alegran la oscuridad del pasillo.  Cada batalla ha sido difícil y siempre queda la sensación que contigo hubiese sido más fácil.

Cada uno nos hemos lamido nuestras heridas y la distancia ha sido nuestro refugio.  Quizás te ponga triste, pero lo hicimos lo mejor que pudimos.

Sigo sintiendo esa rabia que el desconocimiento aviva.  Siento que la vida es injusta y esta vez me ha tocado a mi.  Quizás algún día no pueda más y explote.  15 años son muchos para vivir con un mismo dolor.

¿Has visto mi rey?  Un tirano de siete meses que sería tu generador de babas. Tiene cosas de ti,  ojalá la honradez sea una de ellas.

No sé  si leerás esto.  Lo escribo con todo el amor que mi corazón puede generar.  Ni un solo día he dejado de pensar en ti,  ni un solo día he dejado de susurrar que te quiero papá.


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