miércoles, 4 de marzo de 2020

Mamá

Tus labios fueron los que me dieron el primer beso de amor. El más puro e incondicional que nunca podré sentir. La verdadera heroína de mi vida. Mi referente,  mi ejemplo a seguir.

Me diste la vida con un sacrificio y dedicación nunca reconocido ni valorado.  Fuiste mi sujeción cuando no podía andar y mi bote salvavidas cuando el mundo bailaba a mi alrededor.  

Nunca me faltó tu mano cuando me hice explorador del nuevo mundo y tu hombro siempre estaba preparado para descargar mis malos momentos. 

Trabajadora como nadie, luchaste contra  todo y todos para que no me faltase de nada cuando no había de nada.  

Y ahora veo como los años van venciendo año tras año a tu cuerpo.  Tiemblo cuando imagino tu ausencia  ya que eres el único pilar fijo e inamovible que me ha acompañado desde mi primer día.  El primer rostro que vi, a la primera persona que sonreí. 

Maldigo al tiempo por pasar tan rápido.  Mi deseo al genio de la lámpara sería tenerte toda la vida a mi lado.  Qué injustos somos los hijos, que egoístas ante tanta devoción, cuanto dolor tragado y cuanta sonrisa incondicional.

Te doy las gracias por ser como eres y por como me has enseñado ser.  Te quiero mamá. 







No hay comentarios:

Publicar un comentario