domingo, 8 de marzo de 2020

Una noche cualquiera

Abrigado por la oscuridad de la noche remuevo las sábanas que osan tapar tu precioso cuerpo y me acerco a ti.

Mis manos adormiladas rozan tu piel y su suavidad atenaza mis sentidos.  Tu respiración profunda delata que aún sigues dormida. Pero tus labios han robado mi sueño.

Reptando por la cama como un zorro en un gallinero, sacio mi sed posando mis labios en los tuyos. Hace calor, pero mi piel es de gallina.

Latidos del corazón que se aceleran y ropa que molesta.  No me canso de volver a besar y acariciar cada centímetro de tu piel.  Recorro aquel camino con los ojos cerrados.

Te rodeo con mis brazos. La lucha ha terminado.  Los dos hemos ganado.  ¿Dónde quedamos, en tus sueños o en los míos?

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