- Mi nombre es corazón y estoy sufriendo.
- ¿Y por qué sufres?
- Porque siempre soy sincero, digo la verdad y no me escondo. Pero me siento solo, nadie me escucha.
- ¿Siempre has estado solo?
- No. Hace muchos años tenía muy buenos amigos. La conciencia, el alma, los sentidos...
- ¿Y por qué no te escuchan?
- Porque se han vuelto cobardes con los años. Unos no quieren ver, otros no quieren oír y hay quien solo se distrae.
- Pero ya no estás solo, aquí me tienes.
- ¿Tu quién eres?
- Soy sabiduría. Hace años era arrogante y vanidoso, creía que todo lo sabía. Pero me dejé asesorar por los errores y aprendí que la vida es una preciosa lección, que cada día hay que aprender algo nuevo y que sólo nunca lo iba a lograr. Así que aquí me tienes, acompañado de la conciencia, el alma, los sentidos...
- ¿Y que queréis de mi?
- Eres el único sincero, se te podrá tapar o silenciar, pero no engañar. Si tu sufres, los demás lloramos. Si tu ríes, los demás nos divertimos. Hemos venido para aprender y juntos buscar lo que realmente importa. La felicidad. Nos ha costado entenderlo, pero al final lo hemos hecho. HAY QUE ESCUCHAR Al CORAZÓN.
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