domingo, 22 de marzo de 2020

Protector de tus sueños

Tu olor a inocencia impregnó mi ropa contaminada de desesperación por verte. Abracé tu cuerpo de siete meses y fuiste el más fuerte de los dos.

Toqué tu cabeza, besé tus manos, ahogué mis lágrimas. Sin parar de agotarme me haces el hombre más feliz del mundo.  

Cada herida de las agujas del reloj ha merecido la pena.  Largo ha sido el camino, corta es la recompensa. Te beso y no te cansas. Te abrazo y lo pagas con sonrisas. 

Una y otra vez recorreré el camino sin dilación pero con miedo.  Ese maldito miedo que me susurra al oído que algún día no me reconocerás. 

Creces antes mis ojos y el orgullo me abraza. Le murmuro a tu oido que te quiero y como un esclavo me tienes a tus ordenes. A las ordenes de su rey.

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