lunes, 9 de marzo de 2020

La batalla del deseo

Miradas desafiantes, preludio de una batalla sin cuartel, sin tregua. 

Agarro el pelo de tu nuca mientras mis dientes se clavan en tu cuello. Me contestas con un gemido que endulza mis sentidos y vuelvo a morder. Pero pronto te rehaces y ahora es tu lengua, húmeda y caliente, la que adorna con saliva mi piel.  Un gemido se ahoga en mi garganta y muere en mis labios. 

Agarro con fuerza tu hombro con una mano, mientras con la otra me dispongo a penetrarte. Un fuerte gemido me indica que voy ganando la batalla. Extremo que se confirma cuando tus gemidos suben y suben y suben hasta que me arañas, muerdes y pataleas. Pero no pienso parar y mi única meta es destrozarte.  Las horas gotean por mi reloj.  

Pero no has dicho tu última palabra y, aunque he sometido tu cuerpo a la tiranía de mi miembro, me cabalgas como si tu cuerpo fuese de goma.  Tu pecho rebota en mi cara,  mis venas no aguantan tanta presión y... Una explosión inunda tu cuerpo mientras siento como mis fuerzas me abandonan.  

La batalla ha acabado y nos emplazamos para mañana a la misma hora.  Pasamos de ser dos guerreros que se juegan la vida a dos ladrones que se roban besos en cada esquina. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario