miércoles, 29 de julio de 2020

Sobre lo efímero

Mira aquel segundo maravilloso y fugaz como se despide. Ha dejado un muesca preciosa en nosotros y aunque aún lo siento muy presente, nunca volverá. Bienvenida vulgaridad, descansa en tu alcoba que nadie ha desordenado. 

Locura indómita que ha aprendido a volar sin motor. Canta una feliz canción pegadiza que arrebata sonrisas y no sabe pedir perdón. Aprendizaje volátil que sucumbe a la monotonía y estremece cada uno de los valores más rigurosos. 

Aventura que se distrae mirando un cielo apagado. Serpenteando busca su presa más frágil y se alimenta de la distancia entre el aburrimiento y la diversión. No te escondas si la ves venir, porque ya estás envenenado.

Que no te salpique el sudor de lo eterno, porque es una fantasía que decimos demasiadas veces con la boca muy abierta mientras cruzamos los dedos. La eternidad es un bien muy escaso del que solo podrán gozar una pocas personas durante su vida. Afortunado me siento. 

Saluda a la esperanza que acaba de llegar. No tengas miedo de no conocer su rostro pues solo es una apariencia más, pero su luz nunca va a cambiar. Y construye desde lo más profundo sin importar qué hondo estén los cimientos, nunca vacío te vuelvas a quedar, que castillos en el aire hemos derretido todos pero ya es hora de cambiar. 

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