domingo, 13 de septiembre de 2020

El pasado

 El pasado se cabreó de escuchar hablar siempre del futuro. Sentía que nadie le daba la importancia que se merecía y decidió huir donde nadie lo encontrase. Duro fue el camino del olvido pero el pasado tenía la firme convicción de que el destino merecía la pena. 


En mitad de la nada plantó su esencia y la dejó crecer. Nadie lo iba a molestar y tan solo sus pensamientos se escuchaban en aquel rincón. Empezó a creer que la paz absoluta existía.


Un día escuchó una voz que no sabía de donde provenía. Donde se esconde algo cuando no hay sitios donde esconderse. Ansiedad creciente ante la ausencia de respuestas. Ojos mudos de respuestas y la locura sentada en una esquina. 


 - ¿Quién eres? - gritó desde lo más profundo 

 - ¿Enserio no me reconoces? Soy el presente. Vengo para entregarte un poco de cordura.

 - No necesito nada de nadie. Estoy muy bien solo. Márchate.

 - No dudo que no necesites a nadie. Pero ¿Tan mal se ha portado el futuro contigo para que te portes así?

 - El futuro no me hizo nada. Siempre nos hemos llevado bien. 

 - El futuro está agonizando, estáis ligados de por vida y si te marchas él desaparece. Sin pasado, no existe el futuro. 

El pasado nunca quiso hacerle daño a nadie. Así que volvió salvándole la vida al futuro. Ambos se fundieron en un abrazo al que se unió el presente. El cuál le susurró al oído:


- No te sientas olvidado, yo siempre pienso en ti y escucho tu sabiduría. Porque sin tu experiencia nunca sabría llegar al futuro.



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