Se encontró con espejos que distorsionaban las realidad. No todos los ojos podrían ver la misma verdad. Sorprendido por la fina piel camaleónica, siempre defendió su verdad.
Se encontró con intereses dominadores que usurpaban palabras definitorias. Con los escrúpulos tejiendo una maraña de enredos y mentiras, cambiaban el camino para apartar de forma descarada el camino hacia la verdad.
Se encontró con el miedo levantando un muro enorme difícil de escalar. Siempre con una sonrisa encantadora y preciosos números de distracción, intentaba cautivar los sentidos para lograr que olvidases que ese era el camino de la verdad y tomases otra dirección. Maldita cautivadora.
No fue fácil llegar a la verdad. No pocas heridas tuvieron que ser curadas. Pero siempre le quedará la satisfacción de haber peleado y conseguido lo que era suyo por derecho. La verdad.
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