miércoles, 16 de septiembre de 2020

Seleccionando errores

Entre sus melodías encontró una nota que no le gustaba. No disfrutaba con sus anhelos y pronto dejó de saborear los ritmos ocultos entre sus latidos. Así que construyó una máquina del tiempo y viajó entre sus recuerdos.

Su primera parada fue en la lejanía de su niñez. Vio un niño sonriente, feliz y juguetón al que le habían robado la seguridad a través de señalar defectos inventados. Miró en lo más profundo de sus ojos y le dijo desde lo más sincero de la verdad: "no eres tú, son solo miedos ajenos".

Su siguiente parada fue en la cruel adolescencia. Con las hormonas provocando incendios en la coherencia, intentaba ver el mundo a través de un telón que lo distorsionaba todo. Con la mente entre las nubes de lo irreal, jugaba distraído con el destino. Consciente de la locura pasajera de una etapa sin control, no dijo nada, solo se marchó, entendiendo que debía respetar los errores de esa época.

Su siguiente parada fue en la madurez de los primeros años. Con todo un futuro presentándose ante él, se quedó impresionado y carente de todo movimiento. Intentaba todo sin concretar nada, y el miedo a lo incierto lo secuestró. Escribió una nota que le decía: "puedes, te lo mereces y lo conseguirás. Céntrate en tu sueño"

Sin más dilación, viajó al futuro y vio su lecho de muerte. Rodeado de gente que lo quería, su vida se iba apagando entre lágrimas ajenas. Lo miró desde la cama y lo reconoció al instante. Con la armonía en el rostro que solo da la satisfacción de una vida plena le dijo en un susurro: "gracias"



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