Despídete. Los segundos que volaban libres y despreocupados te han abandonado y ya solo te queda el presente que ya has olvidado.
Despídete. El viejo aroma a agonía desfigura tu esencia, te convierte en un olvidado poema y duele tanto verte así.
Despídete. Que nuestros recuerdos sean eternos, que por fin encuentre los senderos y tras mi muerte volvamos a ser dos.
Despídete. Ya no tendrás que aullar a una luna de cartón, a un sueño oculto que te traicionó, a un sabio que no te guió.
Despídete. Pero recuerda que aquí siempre serás inmortal. En un recuerdo envuelto en lágrimas habitarás y ahora, por favor, deja de luchar.
Adiós viejo amigo. Por fin descansas en paz.
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