jueves, 12 de noviembre de 2020

Los deseos de Pablo

 Pablo era un niño que siempre quiso ser mayor. Quería dejar de jugar a juegos absurdos y depender de un adulto. Quería ser libre para tomar sus propias decisiones y vivir como le diese la gana. 


Un día se despertó y su deseo se había cumplido. Pablo era un joven con toda la libertad para ir y venir; para decidir y sin restricciones más allá de su imaginación. Pero no tenía dinero, por lo que tenía la libertad pero no los medios. Así que Pablo deseó poder trabajar. 


Un día, Pablo se despertó y era un hombre de mediana edad con trabajo. Por lo que por fin tenía los medios para poder disfrutar de su libertad. Pero el trabajo era muy pesado y cada día acababa agotado para poder hacer otra cosa distinta a descansar. Así que Pablo sentía que de nuevo no tenía la libertad y deseó ser un anciano jubilado y poder tener dinero. 


Un día, Pablo se despertó y era un anciano sin trabajo y una pensión que le permitía vivir sin trabajar. Pero su energía no era la misma de siempre. Le costaba andar sin ahogarse y muchos dolores pinzaban su cuerpo recordando los años de duro trabajo. Ahora tenía la libertad y los medios, pero no tenía la salud. Pablo se sentó en un banco y en un charco miró su reflejo. Una lágrima recorrió su arrugado rostro y recordó cuando era niño y sintió que entonces era totalmente libre. Pudiendo jugar todo el tiempo, sin tener que trabajar y con energía y salud de sobra. En ese momento fue consciente que había desperdiciado su vida no sabiendo valorar lo que tenía en cada momento. Pablo deseó volver a ser un niño...



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