sábado, 7 de noviembre de 2020

El miedo del corazón

Un día, el corazón paseaba como siempre entre la bruma de la mañana. Confiada y tranquila podía caminar durante horas sin ver el camino, pues no lo necesitaba, lo conocía de memoria. 

De pronto escuchó una voz alarmada que gritaba que tuviese cuidado. Alguien había sembrado el terreno de dolorosas trampas. El corazón, siempre temeroso, no supo qué hacer. La misteriosa voz lo invitó a seguirlo, él sabría cómo ponerlo a salvo. 

Temblando y sin saber qué hacer, el corazón empezó a dejarse guiar. Después de mucho caminar, al corazón le dolían los pies. Agotado y sin aliento, la voz no lo dejaba descansar. Pasaron por terreno escarpado y resbaladizo. Sin poder pensar y a punto de llorar, sintió como algo se quebraba en su interior y cayó al suelo totalmente abatido. Una mano lo acarició y le preguntó.

- ¿Qué te ocurre?

- No puedo más. No quiero seguir sintiendo este miedo que me atenaza, no puedo seguir con este dolor que no me deja pensar, necesito volver a ver dónde voy. 

- Eso es algo que sólo puedes hacer tú. Te has dejado guiar por la cruel mentira. Te ha utilizado haciéndote creer que lo necesitas, te ha  inducido un nuevo miedo y ha guiado tus pasos más allá de tu límite. 

- ¿Y ahora qué puedo hacer?

- Este dolor nunca lo vas a olvidar. Pero te debe servir para que no te vuelvan a utilizar. Lucha por recuperar la seguridad que sentías. Y entrega tus pasos solo a aquella persona que te quiera, te ame y te cuide como tú mismo harías.


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