miércoles, 18 de noviembre de 2020

Mi trocito de cielo

Ladrona sin piedad que me has robado el corazón que te regalaba, me dejas tembloroso y pensativo, aún sin haber nacido. Tu piel me atormenta, tus ojos me secuestran; aún sin haber nacido. 


Te has convertido en mi trocito de cielo, el que mejoras con solo imaginarte. Al que me abandono con tan solo susurrarte. Te hago entrega de todas mis armas, indefenso me presento ante la reina de corazones, sobre todo del mío.


Un escalofrío que lleva tu desconocido nombre recorre mi espalda cuando imagino tus ojos. Sin duda serás la mujer de mi vida, sin duda moriría por tu sonrisa ausente de dientes. 


Jamás hubo un devoción tan grande. Jamás hubo un deseo tan puro. Y cuento las horas para besarte, a ti, mi trocito de cielo. 



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