viernes, 27 de noviembre de 2020

Luna oscura

Siempre recordaba que su abuela le decía que había nacido con una luna oscura en la mirada. No era mala persona, pero no aprendió a medir con calma las palabras que vertía. 

Nunca fue amante de las peleas, pero tampoco las huía. La mala fama cayó sobre él como un contaminado manto que con los años fue pesando. 

No le gustaba hablar de mala suerte. Se imaginó siendo positivo y buscando remedios a los imposibles que la vida le entregaba. Era su forma de sanar las heridas que le producía saber que la vida no es justa. 

La vida pasó y pasó y nunca se detuvo. No fue consciente de lo lejos que llegó hasta que fue demasiado tarde. Unos cuantos barrotes se convirtieron en su cuarta pared siendo guiado por infames normas contra las que siempre se había revelado.

Todo acabó con unos minutos de profunda agonía mientras una soga lo estrangulaba. Una diminuta ventana fue su última visión, y por ella escapó su alma para por fin ser libre. Para convertirse en el ángel que nunca pudo ser. Para volver a ver a su abuela pero está vez sin una luna oscura en la mirada.


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