sábado, 26 de diciembre de 2020

Disyuntiva

 Nunca se vistió de siempre con la triste esencia de  una despedida. Sostuvo cuanto pudo una tristeza profunda. Pero un rayo de sol residía en él. Nunca estuvo agusto en la oscuridad. Pronto volvió a florecer. 

Ni quería ni podía. Y claro que se dejó llevar. Palabras al cielo con entonación de imploración. Poco es mucho cuando no hay nada. No pidió perdón, no entendió el error. Solo hubo un dolor agudo que no quiso evitar. 

Y una mañana lo saludó con una sonrisa sincera. Abrazó ese momento pues supo que era el fin y el principio al mismo tiempo. Ya nunca volvería a ser como antes.



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