viernes, 18 de diciembre de 2020

El faro al que seguir

El amanecer desnudó sus sueños y un nuevo día se abría paso, jugando a colarse entre unas cortinas tímidamente cerradas. La rutina de echarla de menos lo golpeó al mirarse fijamente al espejo. Miró sus labios, los mismos donde horas antes había descansado sus anhelos. Miró su cuerpo, que se sentía desnudo sin el roce de su piel. 

Las energías positivas se diluyeron y una conquista real por el cambio soñado empezó a resonar en su cabeza como el alegre canto de un ave. 

No conocía el nuevo camino que había empezado, pero sentía que era lo correcto. Dudas de sus dudas, dolor en la alegría. Nunca tan poco hizo tanto daño a algo tan grande.

¿Y cómo se lucha contra algo que no se ve? ¿Cómo acabar con un enemigo que vive en ti? Solo una porción de absoluto convencimiento puede abatir sus alas para despejar la bruma que anochece su alma y poder seguir siendo alumbrado por su faro, su guía, sus ojos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario