lunes, 14 de diciembre de 2020

Trocito de cielo

 Se asomó a la ventana que eran sus ojos y no pudo evitar que la añoranza lo abrazase. Reconoció cada uno de los rincones de aquel mundo tan maravilloso pues había estado en cada uno de ellos. 

El viento y la marea se convirtieron en duros enemigos con los que bailar una dolorosa danza. Sus puntos débiles expuestos encallaron hasta convertirse en duros como el metal. 

La locura razonó con la coherencia enturbiado la mirada del miedo. Difícil consenso que sólo pudo rozar cuando decidió arrasar todo lo que había construido. 

Dudas de mis dudas. Miedo de mis miedos. Espiral infinita para solo escuchar el crujido del alma mil recuerdos. 



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