miércoles, 16 de diciembre de 2020

El nacimiento de las alas

 Con la saliva cargada de verdad, midió la realidad y valoró sus opciones. Sacudió el polvo que la indiferencia le había regalado y por fin dejó de escuchar. 

Endulzó todo lo que pudo la espada afilada  que penetraba en mantequilla. Sintió el deseo de correr, de huir más allá del lejano horizonte. Pero sus pies convertidos en anclas no se movieron. 

No quiso recoger los cristales rotos. Tampoco hubo saltos de alegría. Solo buscaba una cueva en la que adormecer una herida que llevaba demasiado tiempo queriendo romper. 

Al fin descubrió que esa herida tan dolorosa era el nacimiento de las alas que le permitirían volar. Ahora su brújula apunta directa al sentido. 


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