Salté el silencio que nos envolvía y con fuerzas renovadas abracé tu alma que suspiró su dolor en mi oído. Sentí caer el plomo que el rencor había generado y echaste a volar como tantas veces habías soñado.
Con los brazos extendidos, encojo mi corazón para sentirlo en mi pecho un instante más antes de que te lo vuelvas a llevar. Ha sido largo el camino sin ti.
Déjame espacio que te quiero sentir. Camina unos pasos que mis ojos se quieren bañar con tus movimientos. Reverencia a todo lo que eres y representas. Mi sueño sin restricción
Me encontré en tu interior y al fin sé quién soy. Un soñador que un día dejó de soñar.
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