viernes, 3 de abril de 2020

La alucinación de Morfeo.

Empezó como un susurro casi inaudible. Una ligera brisa agradable que acariciaba mi piel de forma intermitente y la envolvía.

Sabor cada vez más amargo que escala por mi garganta y se hospeda en mi boca. Mis fuerzas cada vez más distraídas y la verdad escondida donde nadie puede verla.

Sentirse agotado después de tanto descansar. Es la melodía que baila la depresión coreada por las lágrimas.

Rodillas manchadas de barro y mirada al cielo anhelando las vistas que un día mis retinas guardaron en una preciosa caja en mis recuerdos.

Fuego que nace de dentro. Discusión con el reflejo del espejo y cambio de piel. Todo tiene que cambiar, todo va a cambiar. 

Mirada salvaje, puños apretados. Soldado preparado para el combate, mi mayor enemigo soy yo. Coronado como nuevo rey, disfruto de mi victoria y me presento al nuevo YO. Más justo, más sabio, más parecido al hombre que un día un niño inocente imaginó.



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