Mirada al frente con la mente separada del cuerpo y los ojos fijos en un punto infinito del universo. Última revisión del equipo, último calentamiento de voz y todo listo para vaciarte encima de unas tablas.
Esa es tu señal y una descarga recorre todos tus músculos y se esconde en tu mirada. Agarras el micrófono con firmeza y las notas empiezan a explotar en tu garganta. Es tu momento, es tu sueño desde que eras pequeña y todo lo vas a dar.
Ojos como estrellas te contemplan. Los ves disfrutar y un escalofrío escala por tu espalda. Eres origen y creadora de ese momento y la emoción te viste.
Todo ha terminado pero la energía aún te persigue. Ganas de saltar,de gritar. Has disfrutado como siempre y es hora de celebrarlo. Otro día será el elegido para revisar los errores.
Miras a la niña que fuiste, la que soñaba con cantar y te sientes orgullosa del camino recorrido. Enhorabuena, te has convertido en la mujer que siempre quisiste ser.
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