miércoles, 22 de abril de 2020

Arruga en el corazón

Tengo una arruga en el corazón que me recuerda todo lo que he vivido, todo lo bueno y malo que ha latido.

A veces siento que vivimos en universos paralelos. Cuando yo sonrío, él se acelera. Cuando yo me pongo en alerta, él para sus latidos. Cuando te quiero olvidar, él susurra tu nombre.

A veces usa mis labios para hablar de experiencias, para mostrar trampas ocultas que el destino travieso nos pone en el camino.
Para ayudar a otros corazones perdidos en el inicio de la madurez.

No puede evitar que unas lágrimas luchen por salir cuando recuerda las duras batallas que ha vivido. Él es así, fuerte pero sensible. 

Hay veces que los sentidos se distraen y vagan por fantasías cuando están rodeados de desierto. Otras veces sienten miedo cuando la vida invita a volar, jugar y recuperar a ese niño que un día fuimos. El corazón ha aprendido a vivir cerca de la sensatez y pone orden en la locura y locura en el tedio. 

La memoria recuerda experiencias y señala caminos no escogidos. Pero el corazón nunca se arrepiente de la decisión que tomó, porque lo hizo con la bondad que lo inunda.

A veces toma decisiones que lo hieren, pero siempre ha mirado más allá su bienestar. Las heridas que más duelen son las que se llaman cobardía.

Luchador incansable está conectado con los corazones a los que ama. Sintiendo su dolor cuando sufren y viviendo con una mano siempre extendida por si lo necesitan. 

Tengo una arruga en el corazón con la mirada cada día más cargada de sabiduría. Pasa y hablamos.


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